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Piñera y la Nueva Constitución

Por Juan Medina Torres.- El Presidente Sebastián Piñera promulgó la ley que convoca a un plebiscito en abril de 2020 para una nueva Constitución. En un acto en el Palacio de La Moneda, Piñera destacó que esta es la primera vez en la historia de Chile en que se llevará adelante «un gran acuerdo constitucional con amplia y efectiva participación ciudadana”.

De esta forma, Sebastián Piñera pasará a la historia como el Jefe de Estado en cuyo Gobierno se logró poner fin a la Constitución de Pinochet y se originó una nueva Carta Magna iniciándose así una nueva era institucional.

La ciudadanía resolverá en abril si esta nueva Constitución la elabora una comisión mixta o una asamblea constituyente. Los defensores de una Asamblea Constituyente señalan que a ella se incorporarían grupos que han estado históricamente marginados. Además tendría igual participación de hombres y mujeres, lo cual generaría un sistema político más equitativo lográndose una mayor legitimidad porque la Constitución es una declaración de principios y tiene que ser un factor de unidad del país.

Sin lugar a dudas, Piñera enfrenta un difícil escenario político, con altos índices de desaprobación y cuyas respuestas a la crisis han sido cuestionadas. Además debe enfrentar las denuncias de organismos nacionales y extranjeros sobre graves violaciones a los derechos humanos.

En el plano político se observa un vacío de liderazgos en la oposición y en el bloque oficialista, lo cual dificulta una discusión constructiva para que el proceso constitucional sea exitoso. Ante lo cual, surgen más preguntas que respuestas.

En este escenario, la izquierda y la derecha tienen que generar puentes de entendimiento, pero, además, los ciudadanos tienen que unirse al debate e impulsar ideas para que la nueva Constitución garantice los derechos fundamentales de los individuos.

Es cierto que este proceso, donde se deben disminuir los privilegios para lograr un país más igualitario, será largo y dificultoso porque la derecha tiene que hacer concesiones económicas y de poder, y eso no será fácil.