Por Stephen Hill (The Globalist.com).– El hermoso sueño de una Internet abierta y gratuita, que sirva como un ágora global de una libertad de expresión global ilimitada, para proporcionar una participación más popular en la democracia de los EEUU, se derrumbó y se quemó una vez más. Las imágenes impresionantes de una turba que saquea el Capitolio de los Estados Unidos son evidencia suficiente del potencial destructivo cuando le entregas…