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Vecinos de la “Zona Cero”: presos sin juicio

Por Claudio Arzola.- Desde que comenzó el estallido social el pasado 18 octubre de 2019, los habitantes y trabajadores de la actualmente denominada “Zona Cero” en Santiago -Plaza Italia y alrededores- viven hacinados, presos en sus departamentos, con un futuro, por decir lo menos, incierto.

Es el drama de habitar o trabajar en la “Tierra de Nadie”, donde dos bandos se enfrentan desde hace un año a manifestar cuán poderosos son cada uno -me refiero a las Fuerzas Especiales de Carabineros y los encapuchados-, involucrando la destrucción irracional de lo que está a su alcance.

Se trata de un sector que, para el infortunio de sus habitantes, lo puso de moda el fútbol, pues otrora, ahí se celebraban los triunfos reales y los triunfos morales de sus clubes, y los fanáticos y barristas hacían “pebre” lo que encontraban a su paso, a vista y paciencia de los vecinos y las autoridades.

Luego de estar “presos” en sus hogares por las movilizaciones constantes, debieron soportar casi 6 meses de confinamiento obligado debido a la pandemia de COVID-19.

Y, como suele ocurrir, los actos permanentes se vuelven costumbre. Así, después de la “prisión sanitaria”, la más larga en cuanto a meses en comparación con todas las otras comunas del país, la zona cero en Santiago, volvió a vivir el combate cuerpo a cuerpo entre la policía antidisturbios y los encapuchados, en batallas que se volvieron mas frecuentes con los días a medida que se acercó el aniversario de la primera gran manifestación social hace un año, causando destrozos por doquier.

Las terribles consecuencias de esta situación ya son sabidas. Hace un año se vio al transporte público consumido por las llamas (unas 80 de estaciones del Metro fueron vandalizadas), las bombas lacrimógenas que no han dejado respirar, piedrazos a las ventanas, saqueos en edificios, y más recientemente, se ha incluido el incendio de las iglesias del sector. Y la impunidad y la pasividad es la que gobernó en ese momento, cosa que no ha cambiado en lo absoluto hasta el día de hoy.

Las noticias de la televisión abierta hacen su comidilla de esta “guerra no declarada” para subir su rating. Mostrando una fracción, una sola mirada, del incidente más noticioso, para que políticos y comentarios en redes sociales masifiquen su opinión sobre ese hecho. Así, dejan atrás el verdadero sentido de la manifestación social. Peor aún, dejan a los habitantes de la zona cero, cada vez más desvalidos y presos en su hogares, privados de su legítima libertad. Y, lo que empeora su situación, sin un juicio.

Sin voz ni voto, los habitantes y comerciantes de este sector se ven en la obligación de dejar sus hogares y su fuente laboral en forma permanente, en busca de una paz mental y de una tranquilidad que no han tenido desde hace bastante tiempo. Aunque existen personas que, por su avanzada edad, no tienen alternativas de huir de allí, solo aguantan los gases lacrimógenos, la destrucción y vandalización de sus edificios, en los cuales han habitado desde siempre.

El comerciante ha visto como solución, si quiere permanecer en la zona, reforzar sus vitrinas con láminas de acero y gruesos barrotes, para frustrar, en cierta forma, el saqueo de sus negocios, medida en muchos casos infructuosa.

La Plaza Italia o Baquedano: ¿seguirá siendo un bastión de una guerra entre dos bandos, en donde los políticos gobernantes, sacarán partido de los errores de la policía, para vanagloriarse del momento y condenar los hechos solo detrás de un micrófono o por sus redes sociales? ¿Seguirán sin ver el trasfondo que tiene sumida a esta zona en una destrucción permanente para sus habitantes, el trasfondo de una lucha social que está muy lejos de ser resuelta sin la voluntad del gobierno de turno?