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Desafíos medioambientales de Chile como anfitrión de la Cumbre de la Tierra

Por Juan Medina Torres.- La Cumbre de la Tierra que se realizará en Santiago entre el 2 y 13 de diciembre próximo reunirá a más de 25 mil personas de 196 países cuyo objetivo es alcanzar acuerdos sobre el medioambiente, desarrollo, cambio climático, biodiversidad y otros temas relacionados.

En  esta conferencia de las Naciones Unidas, Chile, como país anfitrión, exhibirá los alcances de su desarrollo económico y los avances en materias ambientales experimentados en los últimos años. La dictación de una gran cantidad de leyes y normas ha permitido dar una institucionalidad, creándose, para tal efecto, el Ministerio del Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente.

A pesar de todo el desarrollo exhibido, se requiere aplicar con mayor rigurosidad las normativas ambientales para prevenir crisis  como la registrada últimamente en Quintero.

También es necesario garantizar en mejor forma la participación ciudadana y fortalecer la base de información utilizada que son pilares fundamentales en el proceso de toma de decisiones.

Es importante tener en cuenta la importancia que tiene el cambio climático para nuestro país, vulnerable a sus efectos: inundaciones, el calor extremo y una cada vez más crítica disponibilidad de agua son algunos ejemplos.

Hay que tener presente que junto con el crecimiento han continuado aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país.

La minería, la agricultura, la silvicultura y la pesca son actividades económicas que ejercen una tremenda presión medioambiental.

La escasez de agua y la falta de una gestión integral de los recursos hídricos están produciendo la sobreexplotación de algunos acuíferos generándose, con ello, diversos conflictos sociales.

Sumado a ello, anotamos que las emisiones del sector transporte crecerán hasta un 95 por ciento para el año 2030, por el mayor uso del transporte privado a expensas de los medios públicos. El año pasado se vendieron más de 400 mil nuevos vehículos y este año se pronostica una venta similar, por una mayor demanda de traslados debido a una expansión urbana de baja intensidad.

Las tareas para acortar la brecha con los países de la OCDE exigen al Gobierno compromisos formales en la materia.