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Los “papeles manchados” de la comisión de obispos que se reunió con el Papa

ElPensador.io.- Cinco obispos de la Iglesia católica chilena se reunieron con el Papa Francisco hoy en el Vaticano en lo que calificaron como un “lúcido y fecundo” encuentro. Cuatro de ellos están manchados por su conducta ante casos de abuso sexual y dos de ellos, imputados como encubridores por la Fiscalía.

La comisión la integraron: el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati; el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva; el arzobispo de La Serena, René Rebolledo; el secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, y el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González.

Ricardo Ezzati, italiano de origen y cuya nacionalidad está siendo puesta en duda en el Congreso, está imputado por el encubrimiento de los abusos denunciados contra su ex canciller en el Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz, y ha sido criticado por su actitud frente a los abusos del ex sacerdote Fernando Karadima.

Santiago Silva está imputado por el encubrimiento de los abusos cometidos por el ex capellán de la Fuerza Aérea de Chile, actual obispo castrense y obispo auxiliar de Valparaíso, Pedro Quiroz. Su cuestionamiento es tal, que -siendo presidente de la Conferencia Episcopal- no asistirá a un encuentro del Vaticano sobre abusos sexuales el 21 de enero próximo, sino que enviará en su reemplazo a Fernando Barros.

El otro asistente a la reunión, René Rebolledo, está vinculado a la defensa del sacerdote Carmelo Henríquez, que en 2011 fue acusado de absolver pecados imponiendo las manos sobre los senos de las feligresas. Después de la férrea defensa de Rebolledo, se perdió el rastro del presbítero. Luego, fue uno de los más férreos defensores de la llegada de Juan Barros como pastor de Osorno, y reiteradamente desconoció a los laicos que se opusieron, por lo que recibió críticas incluso de sus sacerdotes.

A su vez, a Juan Ignacio González se le vincula con el extraño caso del sacerdote René Aguilera, a quien había nombrado vicario de la Educación en su diócesis de San Bernardo, y que en esas funciones fue acusado de abuso en 2010, tras lo cual se suicidó. Ambos fueron denunciados por despedir a una profesora de Religión que se declaró homosexual. El obispo de San Bernardo también fue un defensor del ex obispo Barros, al punto que llegó a agredir a una periodista para evitar que le entrevistara, durante la visita del Papa a Chile.

Pero la historia de González (Opus Dei) es más profunda en los años de la dictadura, cuando llegó a ser capitán de Carabineros y tener una estrecha colaboración con el ex general de Ejército y ex secretario general de Gobierno de Pinochet, Jorge Ballerino.

¿Quién manda en la Iglesia?

Claramente la reunión fue anodina o los obispos chilenos salieron con la idea de que la solución no pasará por ellos. El obispo Fernando Barros declaró a la salida que “el Papa nos hizo varias sugerencias bastante interesantes que notan una preocupación y un cariño muy grande por la Iglesia chilena”. Es decir, la palabra del Sumo Pontífice no es una orden, sino solo una “sugerencia bastante interesante”.

La actitud irreverente respecto del poder y la voluntad del Papa la anunció Barros antes de entrar a la reunión, de hecho, cuando afirmó que las renuncias que pusieron en la mesa de Francisco en mayo pasado “ya no son válidas”, argumentando el artículo 189 del Derecho Canónico.