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Montañista Mauricio Purto demanda a Hospital de la UC por más de $6 mil millones tras calvario médico

Por nuestro medio asociado OndaExpansiva.cl.- Una demanda por más de $6.400 millones interpuso el conocido médico y montañista Mauricio Purto, debido a un calvario médico que atribuye a la negligencia del Hospital Clínico de la Universidad Católica tras una fractura de columna que sufrió en 2015.

Según la demanda, presentada ante el 29° Juzgado Civil de Santiago el pasado 10 de enero, los médicos del hospital no tomaron en cuenta exámenes para el diagnóstico inicial y luego, tras una intervención quirúrgica, lo dejaron con daño neurológico que le ha traído efectos se sensación y movilidad.

El caso se inicia el 28 de febrero de 2015, luego que Purto -destacado andinista que subió el Everest en 1992- sufriera una caída de espaldas en su casa. Fue trasladado por su esposa hasta el Hospital de la UC, donde un médico le diagnosticó que sólo tenía una fractura antigua de la primera vertebra lumbar, no reciente, por lo que lo envió a su casa con calmantes y reposo relativo y sin inmovilización. Según la demanda, el traumatólogo que lo atendió no tomó en cuenta el resultado de una resonancia magnética que él mismo había pedido antes de dar el alta, en la que se señalaba que el paciente tenía una “fractura reciente por aplastamiento tipo estallido incompleto del cuerpo de L1 (primera vértebra lumbar)”.

“Frente a la fractura de columna, el paciente requería inmovilización, para posibilitar la consolidación de la fractura y evitar desplazamiento”, dice la demanda. Pero como no le recetaron reposo absoluto ni lo inmovilizaron, su condición se agravó en los días siguientes. “Siguiendo las indicaciones médicas… evolucionó con dolor hasta la postración, sumado a un síndrome disentérico” y una colitis ulcerosa, debido a la ingesta de analgésicos y antiinflamatorios. A partir de eso, desarrolló insuficiencia renal.

El 11 de marzo debió ser internado en la misma clínica por esos síntomas y se le diagnóstico, además, “fractura de columna con burst (estallido vertebral) de L1, espondilolistesis o desplazamiento de los cuerpos vertebrales adyacentes”, lo que significaba un agravamiento significativo desde la condición inicial post accidente.

“Su no detección el 28 de febrero, por parte del médico tratante Dr. Lucio Gonzáles y, por consiguiente, el hecho de no haber sido tratada adecuadamente, provocó una mayor deformación progresiva de la columna, especialmente las vértebras T12 y L1, además de la inflamación de los tejidos y nervios de la zona correspondiente a la vértebra lumbar L1”, explica la demanda.

Tras estar internado, el 30 de marzo de 2015 se le sometió a una intervención denominada artrodesis, que implica la inserción de tornillos y placas de metal en los huesos. Luego de ello, Purto “constató parestesia, es decir, pérdida de sensibilidad y, además, de movimiento del muslo izquierdo, lo que evidenciaba daño neurológico”. Pese a ello, fue dado de alta el 11 de abril con analgésicos e inmovilización a través de un corsé.

Pero los problemas de movilidad y sensación no disminuyeron, y unos días después “la radiografía de control demostró que la fijación de la columna estaba suelta y deformada, por lo que el médico tratante… sugirió una segunda operación que extendiera la fijación metálica hacia arriba y hacia abajo”. La primera fijación, dice el informe médico, quedó “corta”, porque no se consideró la estatura ni el peso de Purto (mide cerca de 2 metros y pesa más de 100 kilos) en los cálculos de la operación, “lo que evidencia un error en la evaluación y planificación” de esa intervención, dice la demanda.

El relato que sigue es revelador: “En la segunda operación, realizada el 4 de mayo de 2015, el paciente fue infectado por Klebsiella Pneumoniae, infección intrahospitalaria que provocó un absceso en la zona de la operación. Durante esta intervención, el paciente sufrió una hemorragia, perdiendo 3,5 litros de sangre. La ficha médica no consigna la razón de la hemorragia ni el punto de sangramiento. Fue dado de alta con la herida abierta, daño neurológico, inmovilización externa con corsé y tratamiento antibiótico endovenoso”.

Cinco meses después, los dolores se hacían insoportables y su capacidad de movilizarse se había reducido considerablemente, por lo que fue al Hospital de la UC “donde se constató una deformación de la columna y de la fijación metálica en base a dos barras y tornillos, es decir, nuevamente la operación había fracasado”.

En noviembre de 2015, Mauricio Purto fue sometido a una tercera operación en la se “instaló una fijación amplia de la columna en base a dos barras laterales y tornillos desde la columna torácica a la columna sacra. En enero de 2016, una radiografía de control delata una barra lateral suelta por lo que se hospitalizó a Mauricio Purto para reparación”.

En febrero se le sometió a una cuarta intervención en la que el cirujano “rompió la duramadre (la gruesa cubierta exterior llamada meninges que protege al sistema nervioso central), provocando una apertura de más de seis centímetros que no logró reparar”, debido a un aseo quirúrgico que no fue informado al paciente. La rotura de la duramadre pudo haber provocado la muerte o un daño irreparable por meningitis.

“Se realizaron dos operaciones ulteriores para cerrar la duramadre, que implicaron tres meses más de hospitalización. Mauricio Purto fue dado de alta en marzo de 2016, con tratamiento analgésico, antibiótico y uso de corsé como inmovilización externa. Tras el alta, el paciente continuó con el daño neurológico motor (de movimiento) y sensitivo del muslo izquierdo, dolor crónico en la zona lumbar izquierda, dificultad de marcha, para lo que requiere bastones. Además, presentó un estado depresivo reactivo”, dice el relato de la demanda.

Siguió un tratamiento, pero las molestias continuaban, por lo que durante 2017 se acercó al Hospital del Trabajador, donde se le efectuaron exámenes. El resultado: “se constató daño neurológico de los nervios L1, L2 y L3 izquierdo a raíz del implante óseo en L1 y de la mala colocación de los tornillos, que se ven en las imágenes comprimiendo los nervios y rompiendo un disco, antecedente ocultado al paciente por los médicos de la Universidad Católica… se constató asimismo el daño neurológico de carácter irreversible, lo que igualmente había sido encubierto en el Hospital de la Universidad Católica, donde habían confirmado un daño reversible”.

En noviembre de 2018, Mauricio Purto fue intervenido en la Clínica Santa María, donde se le extrajeron las barras instaladas en su columna, que estaban rotas, y los tornillos, constatándose que estaban quebrados.

El daño es irreparable. “Mauricio Purto en la actualidad está impedido de forma absoluta de ejercer su actividad de montañista profesional y no hay posibilidad de que pueda retomar dicho trabajo. Durante estos tres últimos años, no ha podido ejercer ningún tipo de labor remunerada, por su delicado estado de salud y las continuas y dilatadas hospitalizaciones”.

En la demanda se presenta el informe de la doctora Carmen Cerda, especialista en Medicina Legal, profesora titular de la Universidad de Chile, Presidenta de la Comisión Examinadora de la Especialidad de Medicina Legal de CONACEM, quien constata la negligencia de los médicos del Hospital UC.

Por todo ello, el destacado ex montañista pide $5.000 millones por daño moral y $1.484 millones por daño emergente y lucro cesante.

Hasta ahora el tribunal no ha decretado diligencias.