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Nuevamente los tres tercios del institucionalismo electoral: Yasna, Sebastián y Gabriel

Por Hernán García Moresco y José Orellana.- Uno de los últimos en ser resuelto como candidato presidencial antes de la fecha final de inscripción, según indicó la ley electoral, fue Diego Ancalao de la Lista de Pueblo (antes de la acción del SERVEL), cuestión que permitía coronar un accionar territorializado del país en términos sustantivos (entre otros), constatándose, de paso, algunas situaciones que, por la vorágine política de este periodo, no se logran rescatar en la profundidad y trascendencia estratégica.
Pocos días antes, se resolvió la abanderada de Unidad Constituyente, Nuevo Trato y Partido Liberal, y, por ende, su correspondiente cultura política territorial entró al rodaje del proceso electoral presidencial.

Los recientes hechos, centrados en las validaciones de firmas y patrocinios, evidenciaron irregularidades procedimentales y de fe pública en su gestión de logro, dinamitando ilusiones y esperanzas genuinas de varios y varias, demostrando cómo las malas prácticas denunciadas durante el proceso electoral constituyente y anterior inclusive, fueron replicadas, con o sin alevosía, pero aplicadas al fin (las investigaciones indicarán qué ocurrió finalmente). En paralelo, pero con otros argumentos (ley anti-díscolos), fue desechada la candidatura del empresario Gino Lorenzini, dejando en carrera presidencial a seis ilustres candidatos y una insigne candidata.

Debería llamar la atención el hecho que ninguna candidatura vigente de alguno de los deshonradas/cuestionados/denostadas instituciones partidarias se hayan visto obligadas a dar explicaciones por algunas de las singularidades del proceso político electoral en marcha. Lo que -por ahora -, daría cuenta de cómo el sistema político/partido estaría asimilando y, paradojalmente, respondiendo de mejor manera a los desafíos de renovación y equidad de género v/s las mismas organizaciones que nacieron como alternativa y cambio, premunidas simbólicamente de altos estándares éticos y morales en su gestión (siempre necesarias de aplicar, transversalmente).

En rigor, existirían, solo tres candidaturas presidenciales, que disputarán cerca del 85% de la votación, dado que se anclan a los partidos políticos más importantes y vigentes en el sistema político. Los otras cuatro -todas conocidas de otras lides presidenciales (J.A. Kast, Franco Parisi por la Derecha; MEO por el centro y Eduardo Artes por la izquierda), no generarán los mismos resultados que en sus emprendimientos anteriores, pues es otro Chile y otra/os electores. No obstante, el crecimiento de alguna de ellas, afectará inmediatamente las pretensiones – de pasar a segunda vuelta – de las candidaturas competitivas de sus sectores políticos en este periodo. De hecho, sólo Kast, representaría una alternativa para su sector y una amenaza para el mismo.

Por ello, el respaldo ciudadano que concite Yasna Provoste (profesora de la Universidad de Playa Ancha) representante de la cultura de centro-izquierda partidaria y social, como también de movimientos políticos cercanos a una pléyade de organizaciones provenientes de la sociedad civil, serán claves para su desempeño electoral. Por su parte, Sebastián Sichel (abogado de la PUC) quien desde 2017 se declara de Derecha y que, en teoría y empiria, reuniría a los representantes de los partidos gobernantes como son EVOPOLI, la UDI, RN, el PRI y otros movimientos asociados, enfrenta el desafío de convencer, no ser más de lo actual y, menos, la continuidad de Sebastián Piñera. Su paso por la democracia cristiana, luego por Ciudadanos y actualmente como independiente de Derecha, no se relacionan con los desalentadores resultados en sus candidaturas del 2009 y del 2013. Como conocedor del proceso de campañas, entenderá que la clave estará en el actuar y en los apoyos bidireccionales de las candidaturas de la lista congresal respectiva.

Finalmente, Gabriel Boric con estudios de Derecho, de la U. de Chile, el invitado del Partido Comunista de Chile, y representante del Frente Amplio (Revolución democrática, Convergencia Social, Partido Comunes) y el Partido Humanista, en las primarias de julio, dejó en el camino al -hasta ese momento- seguro ganador y representante del Partido Comunista, apabullándolo con 20 puntos de distancia, dejando atrás todo un trabajo popular en Recoleta (política pública local con proyección nacional). Pero en particular Boric, nace a la vida pública como dirigente estudiantil de este siglo, siendo parte del colectivo Izquierda Autónoma, Movimiento Autonomista y actualmente de Convergencia Social, partido político con poco más de 34 mil afiliados.

Los tres responden a la institucionalidad política vigente, validándose por medio de procesos de deliberación abiertos, amplios y transparentes, que concitaron apoyos diversos, siendo la desinteligencia estratégica de Unidad Constituyente, una particularidad insoslayable del proceso electoral en marcha, derivando en lo que hoy se llama Nuevo Pacto Social. Situación que debería ser ¿un aprendizaje para la centroizquierda?, a propósito de ahora sí (futuro), utilizar los instrumentos que fueron incentivados por el mismo sector (primarias reguladas por Servel).

Los desafíos siguientes, las repuestas que vienen y los sueños a materializar para un país que está en proceso de cambio social e institucional requieren de trayectorias profesionales y políticas, que en el caso de Yasna Provoste se han construido y edificado desde la Democracia Cristiana, ampliando su base de apoyo por medio del proyecto de unidad “Nuevo Pacto Social” (ex Unidad Constituyente). Se sabe que ha ocupado diferenciados roles y funciones político estatales, partidarias y de representación política, constituyéndose como la articuladora de soluciones concretas a las necesidades de la ciudadanía en pandemia. La hoy senadora y ex Presidenta de la Corporación, tiene su peso propio, pues su impronta y carácter la ubican con incuestionable capacidad para gobernar el país, y ser la lideresa de un pacto.

Por otra parte, Sebastián Sichel, con trayectoria política de incertidumbres a cuestas, quién demostró capacidad y pedigree de candidato, sumó funciones públicas a su currículo, premunido desde el gobierno de Sebastián Piñera, como Vicepresidente de CORFO, luego como Ministro de Desarrollo Social y Familia, decantando como Presidente de BancoEstado.

Finalmente, Gabriel Boric, que proviene del movimiento estudiantil (2011 en adelante), demostró tempranamente su institucionalismo desde la diputación en sí misma, que se consolida cuando integra mesas temáticas convocadas por el gobierno de derechas (infancia/seguridad pública) y firmando el acuerdo por la paz de noviembre del 2019, junto con las otras dos fuerzas que se encuentran en la disputa del poder presidencial (integra los movimientos autonomistas y convergencia social ahora). Un atributo principal, que ya demostró trabajarlo durante la primaria regulada por el SERVEL, fue la capacidad de diálogo, evidenciada cuando realizaba contrapunto con Daniel Jadue, pero que no fue suficiente para no ser parte del veto que rondó en mayo 19 del presente año, cuando no se amplió la primaria del partido comunista y el frente amplio.

El estallido social permitió la irrupción de actores independientes en la escena política (aunque no es la primera vez), desafiando a los representantes de los partidos tradicionales. Tras la fallida candidatura presidencial de la Lista de Pueblo (hoy ex), los independientes que la componen y que discuten el nuevo Chile, podrán ser actores del proceso, quedando ver cuál será su comportamiento para enfrentar la primera y segunda vuelta presidencial, en el entendido que su legitimidad al interior de la Convención Constitucional no está en entredicho. Sin embargo, la “Lista del Pueblo” que tanto el Partido Comunista como otros sectores quisieron atraer no representaría los atributos positivos, confianza o beneficios conocidos. No por casualidad sus electos Constituyentes han comenzado a emigrar.

A partir de ello, la/os electores que desilusionadamente quedaron en el camino, debiesen buscar entre las alternativas que impliquen más experiencia, disminuyendo la improvisación v/s la continuidad de un gobierno que no actuó diligentemente en la defensa de los derechos humanos, como tampoco en la superación de la desigualdad que genera el neoliberalismo, o mejoramiento de la descentralización efectiva, ni en una reforma de pensiones adecuada, es decir, su potencial apuesta electoral debiese estar en alguien que maximice los mínimos comunes.

Hernán García es politólogo, diplomado en Big Data y Administración Pública / José Orellana es geógrafo y Dr. en Estudios Americanos.