Hugo Cox analiza las consecuencias políticas y sociales de perder oportunidades, particularmente de quienes tienen -supuestamente- el poder.
Por Hugo Cox.- Ya han pasado varios días de la cuenta pública del Presidente. Lo usual que este hecho permite que el Ejecutivo imponga una agenda y que suba en las encuestas, pero esto no ocurrió. Por el contrario, el mensaje presidencial desapareció de la agenda y del debate rápidamente.
El día lunes siguiente comenzó la formalización de cargos al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien ha ocupado y copado la agenda pública, con el actuar del Partido Comunista en una férrea defensa del alcalde, con un discurso que pone en cuestión al Poder Judicial, acusando de persecución y anticomunismo, discurso peligroso porque pone un mando de duda sobre la democracia.
Si se mira con atención, el discurso de Daniel Jadue es muy parecido al discurso de Trump. La diferencia que uno es en español y el otro en inglés, ambos cuestionan al Poder Judicial y ambos acusan de persecución.
Por diversos factores, el país sigue cada vez más polarizado, sobre todo a nivel de las elites políticas, transformándose la política en un juego de suma cero, perdiéndose oportunidades para avanzar en temas que a la ciudadanía le importan (seguridad, ingresos, salud).
Cuando se pierden oportunidades en política, puede ocurrir una serie de consecuencias que afecta tanto a los actores políticos involucrados como a la sociedad en general. Aquí algunos posibles impactos:
Pérdida de credibilidad y confianza
- Para los políticos y partidos: La incapacidad de capitalizar oportunidades puede resultar en una pérdida de credibilidad y confianza entre los electores. Esto puede dificultar futuras campañas y elecciones.
- Para el sistema político: Una constante percepción de oportunidades perdidas puede erosionar la confianza en el sistema político y en la capacidad de los líderes para efectuar cambios positivos.
Impacto en políticas públicas
- Retardo en reformas: Las oportunidades perdidas pueden significar que reformas importantes no se implementan a tiempo, lo que puede retrasar el desarrollo y la mejora de áreas críticas como la salud, la educación, la economía, el medio ambiente y la seguridad.
- Mantenimiento del status quo: La falta de acción puede perpetuar problemas existentes, como la corrupción, la desigualdad y la pobreza, afectando negativamente a la sociedad.
Consecuencias económicas
- Desarrollo económico: La inacción o la toma de decisiones equivocadas pueden llevar a una desaceleración económica, pérdida de inversiones y aumento del desempleo.
- Costos adicionales: Las oportunidades perdidas pueden resultar en mayores costos a largo plazo, ya sea por la necesidad de implementar medidas correctivas más costosas o por el impacto económico negativo derivado de la inacción.
Consecuencias sociales
- Descontento y protesta: La percepción de oportunidades perdidas puede aumentar el descontento social y dar lugar a protestas, manifestaciones y, en casos extremos, disturbios.
- Polarización: La falta de acción o la percepción de que las oportunidades no se aprovechan equitativamente puede aumentar la polarización social y política, dividiendo aún más a la sociedad.
Oportunidades para la oposición
- Ventaja política: Los partidos o líderes de la oposición pueden capitalizar las oportunidades perdidas por el gobierno o la administración actual, utilizando estos fracasos como munición política para ganar apoyo y votos.
Impacto internacional
- Reputación internacional: La inacción o la mala gestión de oportunidades puede dañar la reputación de un país a nivel internacional, afectando sus relaciones diplomáticas y comerciales.
- Inversión extranjera: La percepción de inestabilidad o mala gestión puede disuadir a los inversores extranjeros, afectando negativamente la economía del país.
En resumen, perder oportunidades en política puede tener amplias repercusiones, desde la pérdida de confianza y credibilidad hasta impactos económicos y sociales significativos. Los líderes políticos deben estar atentos a las oportunidades y ser capaces de tomar decisiones rápidas y efectivas para maximizar los beneficios para sus ciudadanos y el país en general.