Por José María Vallejo.- Un diputado que justifica sus atrasos continuos (que para cualquier otro trabajador en el país significaría hace rato despido) diciendo que se da ese lujo porque lo que más le importa es la familia. ¿No les parece un insulto que un funcionario elegido, hijo de un alcalde y presidenciable, esposo de una de las alcaldesas más mediáticas y controvertidas, se ufane de reírse de la responsabilidad laboral?
Peor… no le importa que le digan flojo. “Cuando dos papás trabajan mucho, y mi señora trabaja 24/7, es complicado. Porque para nosotros la familia es lo más importante. Vengo de una familia de políticos, sé los costos que esto tiene para los hijos. Y por lo mismo me preocupo de estar muy presente… Y estoy dispuesto a pagar ese costo“, explicó.
Si usted le dice eso a su jefe, ¿qué le respondería? “Jefe, voy a llegar más tarde porque quiero dejar a mis hijos en el colegio”.
Lavín dice que está dispuesto a pagar el costo de esa decisión. ¿Cuál es el costo que paga? ¿Le descuentan? ¿Lo sancionan? ¿Lo despiden? Pues no… Él no paga costo alguno. Por lo tanto, su arrogancia pseudo familiar es vacía y falsa. Lavín puede darse el lujo de pasar por encima de las responsabilidades de cualquier otro chileno.
Además de vacía, su diatriba abre el espacio para otras preguntas. Si lo que más le importa en la vida es su familia, ¿qué más está dispuesto a hacer por ella? ¿Qué tiempo le ha dedicado a apoyar la labor alcaldicia de su esposa, Cathy Barriga? ¿O a su padre, el alcalde de Las Condes? ¿O a sus hermanos y cuñados, la mayoría de los cuales no son identificados en su Declaración de Patrimonio? ¿O a sus sociedades, entre las que se encuentra participación en Estudios Económicos Limitada, a través de la cual su padre solía controlar a la Universidad del Desarrollo; la Sociedad Comercial Mundo Amor Ltda., dedicada a la venta de prendas de vestir; o la Comercializadora José Joaquín Lavín León E.I.R.L., empresa dedicada a la venta de prendas al por menor?
Una persona que se siente orgulloso de pasar por encima de las responsabilidades laborales, legales, políticas (a las que optó voluntariamente y por las que pidió el voto popular), bien puede estar pasando por encima de ellas en otros ámbitos. Pues, claro, la familia es lo primero.
¿Y las familias de todos los chilenos? Bajo ese prisma de apoyo irrestricto a los derechos de los chilenos de compartir más tiempo en familia, doy por sentado su voto a favor en el proyecto de rebajar la jornada laboral a 40 horas, ¿cierto?