Por Juan Medina Torres.- En la actual crisis que vive nuestro país, cabe preguntarse cuán solidarios somos los chilenos.
Al parecer uno de los problemas del neoliberalismo es haber creado un modelo de sociedad individualista. Así, la solidaridad, definida como un valor personal que supone la capacidad que tienen los miembros que pertenecen a una comunidad de actuar como un todo, poco a poco fue desapareciendo y durante los últimos treinta años se destacó al individuo y sus logros. De esa manera llegamos a la instauración de las AFP, donde el que pone más plata tiene una mejor pensión de vejez. Igual enfoque se usa en la salud, la educación, la vivienda. En suma, todo contribuye a profundizar las desigualdades.
La solidaridad exige respeto y empatía para poder comprender lo que el otro o los otros necesitan. Por ello, en estos días de manifestaciones es interesante reflexionar sobre el valor de la solidaridad y cómo nosotros podemos ayudar a cambiar nuestra sociedad para hacerla más solidaria, interesándonos por los otros.
Y al tratar el tema de la solidaridad como un valor, recuerdo a una profesora, María Angélica Jara, orientadora de algunas escuelas de la comuna de Recoleta. Todos los días, invierno y verano María Angélica madrugaba para estar a las siete de la mañana en su escuela. Su primera tarea, antes de iniciar la jornada escolar, era recibir a los hijos de madres migrantes que no tenían con quién dejar a sus hijos ante de ir a cumplir con sus obligaciones laborales.
A la maestra no le importaba el frío ni el calor, ni la incomodidad de un deficiente sistema de movilización colectiva. Ella se sentía feliz de ayudar a otras mamás, compartir con ellas sus problemas y acariciar a sus hijos. Era un acto de amor solidario que sus jefes nunca destacaron , estaban ocupados en otros quehaceres, no entendían que una de los objetivos de la educación es formar seres solidarios.
El ejemplo de María Angélica, nos muestra como la solidaridad la podemos enseñar con nuestro ejemplo de vida, mostrando a quienes nos rodean que tenemos el valor solidario y lo practicamos con nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, Trabajando en equipo creo que podemos generar una nueva sociedad más solidaria, con mayor empatía.