ElPensador.io.- Tomando a Chile como un ejemplo de los cambios que deben seguirse para terminar con la desigualdad provocada por el neoliberalismo, e incluso asombrado de que no hubiera movilizaciones antes, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, propuso un nuevo contrato social que equilibre mejor las demandas de la sociedad y los deberes del Estado frente al mercado, asumiendo que el experimento de Chicago fracasó y que la “extrema derecha no funciona”.
Las declaraciones las efectuó en entrevista a la agencia EFE, reproducidas por el servicio de Yahoo! Finanzas, luego de presentar en Bogotá su nuevo libro “Capitalismo Progresista”, donde desnuda las falencias del sistema actual y propone un camino para el cambio.
“Soy optimista frente al cambio, es una inundación en países como Chile. Cuando miraba los datos de Chile, el nivel de desigualdad era tan alto que me sorprendía que no hubiese más disturbios civiles. Ahora tenemos los disturbios y va a haber una verdadera revisión de la Constitución. Hay un comienzo real de reconocimiento de que hay un problema. En Chile buscaron la solución de los «Chicago Boys», y les funcionó. Ahora solo con ese reconocimiento van a comenzar a pensar. ¿Cuáles son los marcos económicos alternativos? Soy optimista. América Latina a veces se desvía de un extremo de los fundamentalistas del mercado al otro extremo y lo que espero es que entendamos que la extrema derecha no funciona, es más fácil dirigir desde un rumbo intermedio”, afirmó el economista estadounidense.
Stiglitz señala que la propuesta de su libro es “un nuevo contrato social; un nuevo equilibrio entre el mercado, el Estado y la sociedad civil, y una ecología de instituciones más rica, incluidas organizaciones sin ánimo de lucro, cooperativas”.
“El problema del neoliberalismo era que argumentaba que el mercado sin restricciones era la solución y decía: no se preocupe por la moral, no se preocupe por la explotación, sólo déjelo en manos del mercado; y eso no funcionó”.
Según indica, no se puede esperar soluciones radicales y rápidas a un problema que se arrastra desde hace tanto tiempo. Por ello, “la respuesta es una agenda completa que incluya reformar los mercados, reformar las reglas del juego, tumbar los monopolios, poner más restricciones al comportamiento anticompetitivo, fortalecer el poder de negociación laboral, reformar el gobierno corporativo”.
Luego de eso, asegura, es necesario “tener políticas progresistas de impuestos y gastos. Debemos tener programas para asegurarnos de que todos satisfagan sus necesidades básicas para una vida decente”.
A juicio de Stiglitz no se puede transformar el capitalismo sin preocuparse por sus efectos sobre el planeta y el cuidado del medio ambiente. “El mundo está amenazado, no es solo una crisis de desigualdad, es una crisis climática y si no lo hacemos nuestro mundo no va a ser habitable o vamos a gastar enormes cantidades de dinero en respuesta al cambio climático. Sin embargo, el presidente de los Estados Unidos lo niega; el resto del mundo no puede negarlo, tiene que ser parte de una economía reformada”.
Para él, el calentamiento global es parte del “fracaso del neoliberalismo para cumplir sus promesas. Hay un gran descontento de la gente. Las élites prometen que la globalización y todas estas cosas resultarían en un mejor nivel de vida, y eso no ha sucedido”.