Por Carlos Cantero.- Vivimos cambios vertiginosos que constituyen un CAMBIO DE ÉPOCA: emerge la Sociedad Digital. La crisis originada por la pandemia ha impulsado y acelerado la digitalización del planeta. La revolución en las tecnologías de información y comunicación son el medio, desde allí surgen las herramientas que están gestando una REVOLUCIÓN ONTOLÓGICA, “una nueva forma de ser y estar en el mundo”. Este hecho constituye una gran oportunidad para el Gobierno y el propio Presidente Piñera, que requiere superar la crisis política y dejar un legado al país, que permita una memoria asociada a un gran paso, como lo es subir a Chile a la Sociedad Digital. Tiene poco tiempo y en consecuencia debe dar pasos seguros y decididos.
Este proceso exige de la autoridad la definición de políticas públicas para la adaptabilidad de las personas, las organizaciones, las empresas y los territorios, en un entorno que exige nuevas habilidades y competencias, potenciar la usabilidad de esas herramientas al servicio del progreso y el desarrollo, con equidad social y territorial. Es impostergable atender la transformación y adaptabilidad digital del ámbito público y privado, los actores de la sociedad civil, la nueva economía y la sociedad emergente.
Chile debe abrir diálogos con expertos de primer nivel, nacional e internacional, para abordar con pluralidad y transversalidad, las tendencias de los cambios, para generar la mayor igualdad de oportunidades y la promoción de un desarrollo armónico en la nueva sociedad que emerge. Se trata de una temática de alta prioridad, plural y transversal.
Se da la oportunidad para una reflexión que genere una conciencia común sobre las urgencias actuales, en el ámbito público y privado, con amplia participación de la sociedad civil, para concordar un criterio común en el impulso de urgentes políticas públicas. La idea es usar la profunda y obligada inmersión digital derivada de la pandemia, para impulsar una mirada sistémico-relacional, convocando los expertos en infraestructuras, software, desarrollo de competencias y habilidades, los proveedores de servicios digitales, los diseñadores de políticas públicas y los encargados de la legislación, para priorizar indicadores sectoriales, reflejando el impacto social y económico.
Debemos concordar una visión que permita responder adecuada y oportunamente a esta transformación y los trascendentes cambios que se producen. El Gobierno tiene la oportunidad de liderar este proceso, organizando un evento de alcance nacional, usando las plataformas digitales y abriendo participación por las redes sociales y todos los medios, para llegar a cada rincón de CHILE.