Sr. Director
Ante un escenario completamente adverso para las comunidades inmigrantes en Chile en donde la deshumanización, la criminalización, la discriminación, el racismo y la xenofobia hacia las personas inmigrantes y refugiadas ha sobrepasado todos los niveles posibles. No sólo estamos en una situación de vulneración y desprotección, sino que deliberadamente se cometen actos de violencia contra nosotros. Violencia policial e institucional, física, psicológica, simbólica, patriarcal, violencia contra las infancias, violencia contra los grupos de especial protección, violencias que atentan contra nuestras vidas.
Hemos denunciado una y otra vez que el Estado, sus instituciones en materia de migración, de seguridad pública y de relaciones exteriores son responsables de la situación en la que ha desembocado la migración en Chile; son responsables de la oposición a implementar un enfoque de derechos humanos para abordar la migración y el refugio. También por negarse a implementar políticas de inclusión y acogida a migrantes, obstruir o trabar el ingreso regular al país para estas personas -que es igual a impedir que la migración sea regular y ordenada-, criminalizar a la migración y promover una campaña de odio contra nosotros y nosotras. Usar, por otro lado, medidas represivas para tratar de controlar una situación que es de influencia regional y con implicaciones de carácter humanitario, por incumplir tratados internacionales que Chile ha suscrito, promulgar leyes arbitrarias y selectivas que sólo promueven la irregularidad migratoria y el tráfico de migrantes; y seguir realizando expulsiones colectivas que son ilegales, sin respetar el debido proceso y vulnerando el derecho internacional.
Las denominadas autoridades en materia migratoria y las políticas que se han implementado, se han privilegiado de un enfoque securitario y de interés nacional, por sobre el de derechos humanos, institucionalizándose la discriminación e instalándose un estado policial sobre los cuerpos de las personas migrantes.
Aunque continúen con la campaña anti-inmigrantes, aunque nieguen el derecho a migrar y el derecho al refugio e insistan en intentar desaparecer nuestra existencia, la migración no se va a detener porque es una práctica histórica de nuestros pueblos. Las organizaciones y comunidades vamos a seguir generando estrategias de cara a defender nuestros derechos fundamentales, y no dejaremos de alzar la voz para denunciar los abusos de extranjería, las demoras en los trámites, los rechazos sin fundamento y las multas ilegales. Alzaremos nuestra voz para que se respete el derecho a pedir refugio, para que cesen de inmediato las expulsiones colectivas ilegales, que se reconozca plenamente la reunificación familiar como principio y que se otorguen visas a los niños, niñas y adolescentes que tienen familiares en Chile. Que cese toda forma de violencia contra los inmigrantes, los mecanismos de discriminación y racismo institucional, que cese la persecución y violencia policial y que exista justicia para todas las y los migrantes asesinados por las políticas de este Gobierno.
A su vez, seguiremos peleando para que exista una Regularización Migratoria para todas las personas sin exclusiones, para que se amplíe el proceso de regularización que está en curso -tanto en tiempo como en cobertura-, existiendo una flexibilización en cuanto a la documentación e incorporando a personas que, por motivos forzados, tuvieron que ingresar por pasos no habilitados.
Seguiremos movilizándonos de diversas maneras para posicionar que la migración y el refugio son un derecho humano, a través de diversas acciones y campañas: como la Campaña por una Niñez con Derechos Sin Fronteras (que impulsamos en conjunto con el Colectivo Sin Fronteras) y la Campaña Ningún ser Humano es Ilegal. A su vez, continuaremos nuestras acciones de incidencia y visibilización tanto en el ámbito nacional como internacional.
Cordialmente
Coordinadora Nacional de Inmigrantes Chile