Por Pedro Durán.- Había una vez un héroe griego llamado Ulises, que navegaba rumbo a su casa en la isla de Ítaca. Ulises ansiaba llegar y abrazar a su esposa Penélope después de haber pasado diez años en la guerra de Troya. Pero el viaje de vuelta en barco era muy largo y además estaba lleno de peligros. Uno de esos peligros eran las sirenas que se encontró en las aguas del Mar Mediterráneo.
Estos seres, mitad pez y mitad mujer, cantaban canciones mágicas con las que embrujaban a los marineros para que se acercaran a las rocas donde ellas vivían. Los marineros se quedaban junto a las sirenas y nunca más volvían a casa.
La mitología griega tiene esa fascinante capacidad de atraernos hacia los temas importantes de la vida. El amor y el compromiso frente a temas trascendentales son algunos de ellos.
Hoy día, en nuestro bien amado Chile, tenemos una historia parecida a la de Ulises. Pero es realidad, no forma parte de la mitología. Ulises tiene su simil de carne y hueso, que es nada menos que nuestro presidente electo Gabriel Boric, que busca apasionadamente su Penélope, que en realidad se llama “Nuevo Chile”. Las sirenas que cantan “canciones mágicas” son los llamados “expertos”, ponderados y juiciosos, que buscan entregar los mejores consejos para que el presidente electo pueda navegar de la mejor manera en el mar tumultuoso del cambio de sociedad.
Pero nuestro Ulises ya no está en el barco, está en tierra firme, logró llegar a puerto y ahora está buscando a su Penélope. Los “expertos” ofrecen sus servicios para navegar en aguas turbulentas, pero no se dan cuenta que está en tierra y está haciendo su propio camino para encontrar a su Penélope. El camino obligado del pasado consistía en mejorar, dentro de lo posible, el modelo capitalista neo liberal postergando un cambio de sociedad que, inicialmente no era posible, pero el modelo imperante finalmente acomodó a muchos de los expertos y actores politicos.
Este año tendremos una nueva constitución que, sin duda, tomará en cuenta las reivindicaciones de la inmensa mayoria de las ciudadanas y ciudadanos de nuestro país. Tenemos un joven presidente electo, diputado de la región más austral del mundo, que ha sido capaz de levantarse como líder no solo de la juventud que quiere cambiar Chile sino también de una gran cantidad de los “pelos blancos” que observan con mirada nostálgica la fuerza de la juventud.
El presidente electo no es un niño que está aprendiendo a caminar, tiene la madurez, experiencia y apoyo ciudadano para dirigir el país hacia el cambio necesario que Chile necesita.
Porque de eso se trata, “CAMBIO” de sociedad, de un modelo neoliberal impuesto en beneficio de unos pocos a un modelo basado en un Estado de protección social, donde todos las ciudadanas y ciudadanos podrán vivir con la dignidad y el respeto que se merecen. El rol del Estado es la piedra angular del cambio necesario para llegar al Estado de protección social.
Que las sirenas que quieren atraer a nuestro presidente electo al mar turbulento con sus canciones mágicas “expertas, ponderadas y juiciosas” no sean escuchadas y permitan a Gabriel Boric hacer los cambios prometidos con la conciencia, fuerza y compromiso de las nuevas generaciones. No nos olvidemos que necesitamos un CAMBIO y asumamos, cada uno en nuestros ambientes, las acciones que ayuden al CAMBIO.