Por Hugo Cox.- El país ha vivido en los últimos años una cascada de crisis de diversa índole, que han sido caracterizadas de diversas formas en distintos estudios y artículos de prensa. Pero podemos resumir la realidad nacional de la siguiente manera: Una situación compleja y diversa, caracterizada por desafíos y tensiones sociales, políticas y económicas. Si bien hay muchos problemas por resolver, también existen esfuerzos significativos y esperanzadores para abordarlos y construir un futuro más justo e igualitario para todos los ciudadanos. Sin embargo, sobre esta realidad se construye la política diaria y la política del futuro (que se plasmaría en la Nueva Constitución) y que debe dar paso a un contrato social que abarque la nueva realidad del trabajo (revolución tecnológica), la inmigración constante, los problemas medio ambientales, y que recoja los deberes y derechos del ciudadano.
Dentro de este cuadro la centro izquierda, al igual que el social cristianismo, han sido un factor importante en el desarrollo de este país… pero detengamos en la centro izquierda.
La relación de la centro izquierda con la sociedad chilena ha sido históricamente muy importante en la política chilena. La centro izquierda ha sido una fuerza política significativa en el país desde la década de 1930, y ha desempeñado un papel clave en la defensa de los derechos de los trabajadores, la ampliación de los derechos sociales, la lucha contra la desigualdad y la promoción de políticas progresistas.
La centro izquierda ha sido una defensora importante de los derechos sociales, incluyendo la educación y la salud, y ha promovido políticas que buscan reducir la desigualdad social en el país. La centro izquierda también ha sido una fuerza importante en la promoción de los derechos humanos, incluyendo la defensa de los derechos de las minorías, la igualdad de género y la lucha contra la discriminación.
En la actualidad, la relación entre la centro izquierda y la sociedad chilena ha sido afectada por las tensiones políticas y sociales que se han intensificado en los últimos años. El estallido social de octubre de 2019 y las protestas masivas que le siguieron han planteado nuevos desafíos para la centro izquierda y su capacidad para responder a las demandas de la sociedad civil.
En este contexto, algunos sectores de la sociedad chilena han criticado a la centro izquierda por su falta de capacidad para abordar los problemas sociales y económicos del país de manera efectiva. Otros han argumentado que la centro izquierda ha perdido su conexión con las necesidades y demandas de los sectores populares y ha perdido terreno frente a otras fuerzas políticas.
A pesar de estas tensiones, la centro izquierda sigue siendo una fuerza importante en la política chilena y sigue luchando por los derechos de los trabajadores y los sectores más desfavorecidos de la sociedad. También ha demostrado una capacidad para responder a los desafíos políticos y sociales actuales, trabajando en coalición con otros sectores y construyendo alianzas con la sociedad civil para lograr cambios significativos en el país.
Otro elemento que debemos tomar en cuenta es que las democracias liberales tienden a percibirse con carencias y se les acusa de ser causantes del malestar ciudadano. Por ello, podemos afirmar que, en general, nos vamos distanciando culturalmente de los principios fundamentales que legitiman el sistema, tales como el respeto a lo acordado y, sobre todo, resolver las controversias de manera pacífica.
La centro izquierda como el social cristianismo han contribuido a la resolución de los conflictos de manera pacífica como, por ejemplo, el acuerdo por una nueva constitución que le dio un cauce político a las protestas de 2019 y hoy en el nuevo proceso que se inicia en mayo de 2023 también harán su aporte para lograr cambios consensuados y de largo aliento.
Las rupturas que ha tenido el pais han sido traumáticas para los ciudadanos.
En síntesis, Chile necesita de estos referentes políticos para aportar a un cambio.