Por Hugo Cox.- “El poder es como el violín; se toma con la mano izquierda y se ejecuta con la mano derecha» (Eduardo Galeano, aunque comúnmente se le asigna a Juan Domingo Perón, frase que ha sido usada por muchos en distintos contextos).
En la situación compleja en la que hoy está sometido el país, y que requiere de muchas dosis de realismo, pero nos encontramos que en el gobierno están presentes “Los Savonarola y los Maquiavelo”.
Girolamo Savonarola y Nicolás Maquiavelo fueron dos importantes figuras de la Florencia del siglo XV y XVI, cada uno con su propia visión y filosofía sobre la política y la religión, ambas visiones bastante distintas: visión religiosa versus visión política.
- Savonarola era un religioso que creía que Florencia debía regirse por los principios cristianos y renunciar a los placeres mundanos. En cambio, Maquiavelo era un pensador político que creía que los gobernantes debían ser realistas y pragmáticos, y que el bienestar del Estado debería ser la principal preocupación.
- Perspectivas también opuestas sobre la naturaleza humana: Savonarola creía en la depravación humana y en la necesidad de la penitencia y la redención para alcanzar la salvación, mientras que Maquiavelo sostenía que los seres humanos eran inherentemente egoístas y ambiciosos, y que los gobernantes debían utilizar cualquier medio necesario para mantener el poder.
- Metas diferentes: Savonarola buscaba una sociedad justa y moral, basada en los principios cristianos, mientras que Maquiavelo creía que la estabilidad política y el poder eran más importantes que cualquier consideración moral.
- Papel del individuo en la sociedad: Savonarola sostenía que los individuos debían renunciar a sus deseos y placeres mundanos para servir a Dios y a la comunidad. Por el contrario, Maquiavelo creía que los individuos debían buscar su propia felicidad y éxito, y que esto podría contribuir al bienestar del Estado.
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En resumen, mientras Savonarola defendía una visión religiosa y moralista, centrada en la penitencia y la redención; Maquiavelo se enfocaba en la política y el poder, sin importar la moralidad. Ambos pensadores representan visiones opuestas y complementarias de la política y la religión, y sus ideas han tenido un impacto duradero en la historia de la filosofía y la política.
Por un lado, la visión de Savonarola de una sociedad justa y moral, basada en principios religiosos, continúa siendo importante para muchas personas en todo el mundo. A pesar de los avances en la ciencia y la tecnología, la religión sigue siendo una fuerza importante en la vida de millones de personas y ha influido en la ética y la moralidad de la sociedad.
Por otro lado, las ideas de Maquiavelo sobre el poder y la política siguen siendo relevantes en la actualidad. La necesidad de gobernantes fuertes y efectivos es una preocupación constante en la política mundial, y la necesidad de tomar decisiones pragmáticas y realistas sigue siendo un factor importante en la política.
Poder en el Gobierno
Las ideas de ambos siguen siendo relevantes, aunque las circunstancias en las que se aplican son distintas.
Lo anterior es en relación con los discursos moralistas con que asumió el actual gobierno. Mientras vemos que hay un sector que aún actúa como un adolescente, que no entiende que el país que ellos imaginaron no existe y que el contexto actual es muy diferente al que ellos suponían que los acompañaría durante su gobierno, pareciera ser que no son capaces de adaptarse a esta nueva realidad y les han llevado a sufrir derrotas que marcan el nuevo escenario (plebiscito, Reforma Tributaria, nombramiento del Fiscal Nacional, etc.), entre las que se cuentan los cuestionamientos a las leyes que tienen que ver con seguridad, hoy el problema que más impacta a la población,.
Ahí se ve un Socialismo Democrático que ha asumido sin complejos la agenda de seguridad permitiendo un apoyo sustantivo a la ministra del Interior (Maquiavelo), mientras el grupo de los Savonarola la cuestiona. Un ejemplo fueron las últimas declaraciones de la ministra de la Mujer expresando que lo que más sentía era la perdida de la paridad en el gabinete, a raíz del nombramiento de un nuevo titular en la secretaria general de la presidencia, Álvaro Elizalde.
En síntesis, mientras el gobierno se siga debatiendo entre los Savonarola y los Maquiavelo no avanzará y si ese inmovilismo se sigue manteniendo complicará cada día mas la acción del Ejecutivo, en un contexto en que se necesita mas de Maquiavelo.