Por Andrés Palacios.- La estridencia en el lenguaje no es banal, busca un objetivo: generar interés y, con eso, llamar la atención. Así opera Twitter, a más estridencia, más interés, más atención, más likes, más seguidores, y peor identidad
Creo que es un poco indigno de algunos medios “de circulación nacional” incluir este lenguaje entre sus columnas, porque los aproxima al nuevo ecosistema Musk-Twitter, pero entiendo que lo hacen por la miopía propia del mercado, en la cual las acciones de corto plazo no permiten ver con claridad eventos que configuran la identidad en el mediano plazo.
En un chat de Prospectiva en el que participo, se incluyó una publicación de Michel Labbé, “Indultos desde la Teoría Económica”, con el comentario de “durísima columna”, que motivó esta reflexión.
La columna se sustenta en el uso de un concepto de la economía del rational choice, el de las «preferencias reveladas». A partir de esto argumenta, entre otras cosas, que el Presidente Boric quiere llevarnos al «infierno» y que «NO LE IMPORTA» lo que pensamos. Esta mirada aspira a señalar que la forma verdadera de entender la estrategia del Presidente cabe en una serie de axiomas del modelo (en particular el “axioma débil” del modelo de preferencias reveladas), que ya son cuestionables para la economía (Anthony Koo, 1963), y por supuesto, son inaceptables para la política. Pero viste su columna de un halo medio científico, supuestamente extrapolable a cualquier situación o contexto, muy propio de los economistas lamentablemente.
La fundamentación se mueve en un pantano conceptual entre las acciones que mostrarían las preferencias y los actos perlocucionarios de las declaraciones del mandatario (pequeña venganza de la lingüística a la teoría económica de la columna). Señala que para “determinar las preferencias” se requiere “la lectura de los actos (y no de las palabras) de los agentes”, y continúa con una seguidilla de observaciones sobre declaraciones y “palabras” del Presidente Boric que dejan perplejo cualquier análisis de la lógica argumental.
Más allá de la confusión conceptual, una columna que sostiene que el Presidente está «muy bien entrenado por el PC», está cara para Twitter. Pero tiene una tribuna tradicional, más bien enmohecida, que hace eco de algunos estertores de la comunicación del siglo pasado.
Sería deshonesto no señalar que el articulo tiene un punto, sin embargo, aunque considerando la cantidad de palabras que le dedica, no creo que sea muy consciente de ello. Me refiero a la interpretación del Presidente Boric de que los adelantados a los tiempos están obligados a esperar a su pueblo para avanzar a su ritmo. Eso tiene buenas posibilidades de traicionar su legado.
El resto del texto me parece que es tanta ideología mediocre como la que malamente le critica al Presidente, pero aspira a generar adhesión por medio de una técnica de comunicación cada vez más común, a la que llamaremos “estridencialidad”, de la cual debemos cuidarnos, porque la identifico como uno de los tipos de “respuestas tranquilizadoras” (Daniel Innerariti, 2020), que conduce por el camino de la simplificación y que no permite dar cuenta de la complejidad de la democracia.
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