ElPensador.io.- La condena a 33 años de prisión y 148 latigazos dictada en un nuevo proceso contra la iraní Nasrin Sotoudeh, destacada abogada de derechos humanos y defensora de los derechos de las mujeres, es una “vergonzosa injusticia”.
Así lo expresó Amnistía Internacional, informando que la condena fue anunciada por el esposo de la activista, Reza Khandan en su página de Facebook, bajo cargos como “incitar a la corrupción y la prostitución”, “cometer abiertamente un acto pecaminoso apareciendo en público sin hiyab” y “alterar el orden público”.
La sentencia se produce tras dos juicios “manifiestamente injustos” y suma 38 los años que deberá cumplir en prisión pues en septiembre de 2016 ya había sido condenada in absentia a cinco años de prisión en otra causa.
“Es un escándalo absoluto que Nasrin Sotoudeh se enfrente a pasar casi cuatro decenios en prisión y a recibir 148 latigazos por su labor pacífica en favor de los derechos humanos, incluida su defensa de mujeres que se han manifestado contra la degradante legislación sobre el uso obligatorio del hiyab (velo). Nasrin Sotoudeh debe ser liberada de forma inmediata e incondicional, y esta obscena sentencia debe ser anulada sin dilación”, ha afirmado Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Nasrin Sotoudeh ha dedicado su vida a defender los derechos de las mujeres y alzar la voz contra la pena de muerte; es indignante que las autoridades iraníes estén castigándola por su labor en favor de los derechos humanos. Este fallo condenatorio y la pena impuesta vienen a consolidar la reputación de Irán como cruel represor de los derechos humanos”, recalcó Luther.
Esta es la condena más dura que ha documentado Amnistía Internacional en los últimos años contra una persona defensora de los derechos humanos en Irán, lo cual a juicio de la entidad “parece indicar que las autoridades están intensificando su campaña de represión”.
Nasrin Sotoudeh fue detenida en su domicilio el 13 de junio de 2018. Esta semana, la oficina de aplicación de condenas de la prisión de Evín, en Teherán, donde está encarcelada, le comunicó que había sido declarada culpable de siete cargos, presentados en respuesta a su labor pacífica en favor de los derechos humanos, que incluyen “incitar a la corrupción y la prostitución”, “cometer abiertamente un acto pecaminoso […] apareciendo en público sin hiyab” y “alterar el orden público”.
En el pronunciamiento de su sentencia se aplicó el artículo 134 del Código Penal iraní, que permite a los jueces ejercer sus facultades discrecionales para imponer una pena superior a la máxima legalmente establecida cuando la persona acusada se enfrenta a más de tres cargos. En el caso de Nasrin Sotoudeh, el juez Mohammad Moghiseh aplicó la pena máxima establecida por cada uno de los siete cargos, y después añadió cuatro años más al periodo total de prisión, elevándolo a 33 años, lo cual rebasa el máximo legal de 29 años.
“Encarcelar a una defensora de los derechos humanos por sus actividades pacíficas es abominable, pero que el juez de la causa de Nasrin Sotoudeh haya ejercido sus facultades discrecionales para asegurarle un periodo entre rejas superior al máximo establecido en la legislación iraní no hace sino agravar la ultrajante injusticia de su condena”, ha dicho Philip Luther.
“Los gobiernos con influencia sobre Irán deberían aprovecharla para presionar en favor de la liberación de Nasrin Sotoudeh. La comunidad internacional —en especial la Unión Europea, que mantiene un diálogo actualmente con Irán— debe adoptar públicamente una postura firme en contra de esta lamentable condena e intervenir con urgencia para garantizar su liberación inmediata e incondicional.”
Según ha informado hoy la Agencia de Noticias de la República Islámica, el juez Mohammad Moghiseh dijo a periodistas que Nasrin Sotoudeh había sido condenada a siete años de cárcel, cinco por “reunión y colusión para cometer delitos contra la seguridad nacional” y dos por “insultos al Líder Supremo”. No ha facilitado más datos ni ha aclarado si el juez se refería a una causa aparte. Si esta información se refería al mismo caso, Amnistía Internacional no puede explicar de momento por qué los datos parecen contradecir los que fueron comunicados a Nasrin Sotoudeh por la oficina de aplicación de condenas de la prisión de Evín.