ElPensador.io.- La salud es un concepto que ha agrupado a quienes tienen presencia en la llamada “Primera Línea” de las protestas y manifestaciones que se suceden en Chile, y particularmente en el centro de Santiago, desde el 18 de octubre pasado.
Ello, a través de una red de profesionales y voluntarios que se ha quedado en lo que llaman la “retaguardia”, rescatando y atendiendo a quienes se ven afectados por la acción de las fuerzas policiales. En varias ciudades del país han surgido estas organizaciones que recientemente se reunieron para coordinarse y compartir conocimientos en una instancia que congregó a agrupaciones de salud, brigadas y equipos de primeros auxilios de Antofagasta, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Rancagua, Temuco, Concepción, Valdivia y Santiago. Se trata, dijeron, de la articulación de quienes “han estado en la lucha colectiva por el cuidado del pueblo”.
La coordinación se gestó a través del Movimiento Salud en Resistencia (MSR), la misma entidad que denunció el uso de soda cáustica en el agua de los carros lanzaaguas de Carabineros, tesis que más tarde fue refutada por el Colegio de Químico Farmacéuticos de Chile.
El médico Roberto Bermúdez fue el coordinador del encuentro y explicó a ElPensador.io el sentido de su acción.
“A mí me parece que esto es inédito. Eso es lo que más me ha llamado la atención. Los brigadistas (de salud) fueron tan espontáneos como el estallido. Gente con conocimientos y sin conocimientos. No solo médicos. De hecho, más espontáneo aún. Gente que se cansó en la primera línea, o le dio un poco más de miedo y lo que hizo fue agarrar su rociador con agua con bicarbonato y empezar a echarle a la gente. Un manifestante más. Y claro, luego, empieza a aparecer más gente y nos vemos con cientos de personas encargadas del cuidado de los manifestantes. No hay registro de una movilización que incluya brigadas de primeros auxilios”, dice.
Bermúdez marca una diferencia con movimiento sociales como el de Ucrania, que también fue de larga duración. “La diferencia de Ucrania era que los que estaban ahí en salud eran de ONG, y esas ONG eran financiadas por Estados Unidos o Inglaterra”, afirma.
Según señala, el MSR es uno de los veinte grupos de salud que hay en la hoy llamada Plaza de la Dignidad. “Nosotros dijimos que, como hay brigadas en todos lados, hay una necesidad de juntarnos. La discusión sobre la salud pública viene recién. Los de Temuco dicen ‘vienen los pacos y nos disparan’, y otro dice que en Antofagasta pasa lo mismo, en Concepción pasa lo mismo”.
De esta manera, el encuentro lo articula el MSR, pero coordina a una serie de organizaciones. “Dentro de la primera línea se levantaron muchas instancias de salud, entre ellos MSR, Salud a la calle, Rescatistas voluntarios, Brigadas Cascos Rojos. Nosotros fuimos una agrupación de varios, un grupo más grande. Y por eso nosotros dijimos vamos a organizar un encuentro nacional”.
La idea, señala, es que haya protocolos para trabajar juntos. Por ejemplo, propone que “después de cada manifestación nosotros podamos dar a conocer una cifra de heridos atendidos, porque la cifra de Carabineros, las del INDH siempre son menores. Nosotros somos los que vemos más pacientes, porque los que atendemos en la calle no van a un Cesfam, no van a Sapu, no van a poner la denuncia”.
Más inédito que el tema de los primeros auxilios, a juicio de Bermúdez, es que todos los puntos de atención de la “retaguardia” de salud tienen también primeros auxilios sicológicos. “Eso es raro. Hay un médico, un sicólogo y alguien de jurídica. Es más completo”. Y explica que se debe a que mucha de la reacción de los jóvenes que están en las manifestaciones se debe a una memoria histórica, “un trauma no superado” respecto a lo que significó la dictadura militar para los chilenos.