Miguel Mendoza expone, a propósito del caso Monsalve, cómo se había dejado la seguridad del país a cargo de personas que no eran idóneas.
Por Miguel Mendoza Jorquera.- El lunes 14 de octubre, una subordinada del ex subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, hizo una denuncia por presunta violación sufrida la madrugada del lunes 23 de septiembre. El vespertino La Segunda lo presenta en su portada el 17 de octubre, y en una primera instancia Monsalve da una conferencia de prensa renunciando a su cargo.
Luego se conoce que el gobierno sabía de esta situación 48 antes que se publicara en los medios.
La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, no pudo dar explicaciones, porque desconocía la denuncia. La guinda de la torta la puso el Presidente Gabriel Boric el día 18 de octubre, en una ronda de prensa de casi una hora, donde explicó de la grave denuncia y dejó más dudas:
“El subsecretario Monsalve me comentó ese martes en la noche (15 de octubre), que él había revisado las cámaras del hotel… pero los detalles del caso no me corresponde contarlo a mí… eso todos lo entenderán… es solo una versión, que no corresponde que dé esos detalles… Respecto si hubo alteración de pruebas, que si hubo obstrucción a la justicia, no tengo ningún conocimiento de aquello”.
Esto es muy grave ya que nuestra primera autoridad sabía que Manuel Monsalve tenía las imágenes de las cámaras de video del hotel una semana antes de la denuncia, porque el departamento de inteligencia de la PDI se las habían entregado, sin una petición de un Juez o un Fiscal, convirtiendo al Presidente Gabriel Boric y la ministra del Interior, Carolina Tohá, en actores claves de una obstrucción a la justicia, o cómplices “sin querer queriendo”.
En medio de una conferencia de prensa muy amateur, la directora de comunicaciones Nicole Vergara, amiga y colaboradora de años de Gabriel Boric, lo trata de salvar dos veces. El mandatario, muy errático y eufórico le dice “Basta”. Estas actitudes infantiles demuestran y afirman que nuestra autoridad no está preparada para una crisis en su gabinete de confianza.
Todo se complica cuando Monsalve fue a la región del Biobío en un avión de Carabineros (vehículo fiscal), donde se encuentra su familia, con conocimiento de la ministra Tohá y el presidente Boric.
Entonces, ¿dejamos a cargo de la seguridad nacional a un irresponsable? Todo indica que sí, porque no se presentó a la conferencia de prensa del lunes 23 de septiembre (post-Fiestas Patrias), porque habría estado borracho y con su subalterna en la cama del hotel sin ropa y, según indica la denuncia, con indicios de una violación.
Es el mismo Manuel Monsalve que firmó el 18 de enero de este año un acuerdo de cooperación para combatir el crimen organizado con la “narcodictadura” bolivariana de Venezuela y lo calificó como “un hecho inédito”, quedándonos con el papelón internacional del caso Ronald Ojeda.
Es también el mismo Manuel Monsalve que se comunicó con la aplicación SIGNAL -ocupada en su mayoría por el crimen organizado, ya que no deja huella y borra toda la información- porque sabía que sus actos eran oscuros y que tarde o temprano le llevarían consecuencias.
Cinco piscos sours terminaron con un terremoto político cuyo epicentro fue La Moneda. Nuestro Mandatario no sabe de control de daños en un “gobierno feminista”. Además, nuestra seguridad estaba a cargo de un irresponsable y, cuando menos, un individuo que abusó de su poder.
Miguel Mendoza Jorquera, tecnólogo médico MBA, militante de Movimiento Amarillos por Chile y conductor del programa YouTube Manos Libres en ElPensador.io