ElPensador.io.- A diez meses de que los obispos chilenos pusieran sus cargos “a disposición” del Papa, debido a los escándalos por abusos sexuales y encubrimientos en la Iglesia chilena, el Pontífice destituyó al cardenal Ricardo Ezzati como arzobispo de Santiago.
El ahora ex jefe de la Iglesia capitalina está imputado como encubridor ante abusos denunciados de parte de tres sacerdotes bajo su mando -Jorge Laplagne, Óscar Muñoz y Tito Rivera-, y ha sido duramente cuestionado por las víctimas de Fernando Karadima por su actitud frente a ese caso.
La Corte de Apelaciones de Santiago, de hecho, pocas horas antes, determinó no sobreseer a Ezzati por los tres primeros y según la fiscalía, no se limitarían a esas situaciones puntuales sino que investigarían todo el período de Ezzati como arzobispo.
En su reemplazo el Papa nombró como administrador apostólico sede vacante en Santiago al religioso capuchino Celestino Aós Braco.
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En septiembre del año pasado, Ezzati además destacó de manera altamente negativa debido a un documento de orientaciones a los sacerdotes de su arquidiócesis denominado Orientaciones que fomentan el buen trato y la sana convivencia pastoral”, en el que recomendaba que “bajo ninguna circunstancia se deberá ofrecer alcohol, cigarrillo o drogas a niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables”; y “No se debe estar a solas con un niño, niña, adolescentes o persona vulnerable en una residencia, dormitorios, vestuarios, sanitarios, duchas, cuarto de vestir o cualquier otro cuarto cerrado o área aislada”; y que no se puede “dar palmadas en los glúteos, tocar el área de los genitales o el pecho… recostarse o dormir junto a niños, niñas o adolescentes… Dar masajes… Luchar o realizar juegos que implican tocarse de manera inapropiada… Abrazar por detrás… Besar en la boca a los niños, niñas, adolescentes o personas vulnerables”.
La salida de Ezzati había sido una de las demandas más sentidas de las víctimas de Karadima que fueron invitados por el Papa el año pasado a su residencia y que formaron parte de la delegación de víctimas que expuso en el reciente cónclave de obispos sobre abusos sexuales a menores que se desarrolló en el Vaticano.