Por Carlos Cantero Ojeda.- El espacio de la Convención Constituyente es una gran oportunidad para la Unidad en la Unicidad, para el encuentro con los principios universales: “todo es uno y uno es todo”, para que las distancias ideológicas se acorten, para que la polarización se erradique, para que la fuerzas centrifugas separen lo sólido de lo líquido, y que las fuerzas centrípetas hagan eje y centralidad en la vocación de respeto, unidad, solidaridad y fraternidad. ¡No podemos desperdiciar esta oportunidad histórica para Chile!
Voté a favor de la Convención Constituyente, pensando que se debe adecuar los anclajes filosóficos que fundan la institucionalidad chilena, con un enfoque humanista, ciudadano, social, democrático, republicano y Eco-Sistémico-Relacional. La sociedad observa una profunda brecha generacional, que tiene dimensiones éticas, filosóficas, sociales, económicas, tecnológicas, valóricas, espirituales. Cambian profundamente las formas relacionales en las más diversas dimensiones, la revolución digital transforma las formas de vivir en el mundo. Cambia el ethos y auto-constitutivamente cambia la ética, la estética y la emocionalidad en las personas. Debemos hacernos cargo de este proceso en unidad.
Las nuevas generaciones con rebeldía reprochan a la élite declinante un modelo de vida que desprecian, que intentan destruir al extremo de tratar de quemar sus principales símbolos. No quieren repetir el modelo de sus padres en sus propias vidas. Tienen claridad sobre lo que no les gusta, aunque no tienen una solución alternativa, ni el discurso ni la experiencia. La brecha generacional implica que los mayores tienen crecientes dificultades para adaptarse, aportar y sobrevivir en el mundo digital y la revolución tecnológica que emerge.
Las nuevas generaciones tendrán que aprender que no son dueños del libro de la verdad. Con suerte tienen y conocen algunas hojas, a lo más un capítulo. Deben entender que hay muchas hojas y capítulos distintos, otras verdades y que de esa integración surgirá la verdad compartida. No repetir lo que critican, no pueden vetar, silenciar o negar a los que piensan distinto.
La nueva concepción de la «Memoria Política», que algunos promueven, a uno y otro lado del espectro, es el recuerdo de aquello que interesa y conviene, obviamente al sector que reclama. ESA MEMORIA ES OLVIDO. Negar pasajes oscuros. Algo así como Post Memoria; Post Verdad; Hipocresía Normalizada, que cruza todo el espectro político. No se trata de empatar, se trata de compromiso, veracidad, coherencia, coraje moral. ¡¡Cuando cada cual se haga cargo de sus miserias, habremos avanzado significativamente!!
No se puede profundizar la cultura del odio y la división, la parcialidad o el sectarismo. El respeto de los derechos humanos no puede ser parcial por conveniencia política. No se puede actuar con hipocresía, como fariseo engañoso señalando las faltas de “los otros”, sin reconocer las propias miserias, peor aún ocultándolas. Debemos hacernos cargo de la diversidad y el pluralismo, repudiando a los que se alzan como catones morales.
Carlos Cantero O. es geógrafo (UCN), Master en la Universidad de Granada y Doctor en Sociología en la UNED-España.