El ex senador Carlos Cantero afirma que el discurso polarizador en torno a los 50 años del golpe de Estado es una cortina de humo frente al escándalo del traspaso de fondos a las fundaciones.
Por Carlos Cantero.- “Cortina de Humo” es una estrategia militar de evasión y ocultamiento. El uso de este concepto se ha extendido desde fines bélicos, a circunstancias políticas, de gobierno, comunicacionales y comerciales.
Se lanzan esa cortinas cuando se pretende ocultar la realidad y desviar intencionalmente la atención de la gente, para confundir, engañar, encubrir una circunstancia negativa.
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Cuando hay mala gestión, corrupción, faltas a la probidad, que afectan gravemente a personas, entidades o el gobierno. Se manipula la realidad, polarizando la relacionalidad, generando opacidad, eludiendo consecuencias y cuestionamientos.
Un buen ejemplo de esto acaba de ocurrir en Chile. Con ocasión del saqueo de las arcas fiscales que han ejecutado miembros de esta generación gobernante, en lo que se ha llamado el caso de las Fundaciones.
Para salir y evadir ese señalamiento público y sus consecuencias políticas, se diseñó una estrategia de polarización. Con ello se capean los problemas de corrupción y las inconsecuencias por promesas incumplidas: en materias como ecologismo; animalismo; feminismo; el (de)mérito de nombramientos; la auto-proclamada superioridad moral; y los escándalos éticos.
Utilizando la conmemoración del 11 de septiembre y los 50 años de ruptura de la democracia, más que construir unidad nacional y reencuentro de la sociedad, la autoridad política polarizó el país.
Intentando desviar la atención ciudadana respecto del desvergonzado saqueo, que adherentes del gobierno han hecho de los dineros para proyectos sociales. Esperemos que la ciudadanía tenga buena memoria y buen criterio. ¡El mal triunfa cuando los que se dicen buenos se comportan como pusilánimes!
En el ámbito regional, hay cuestionamientos por sobreprecios en compras, proyectos y asignaciones irregulares. En el ámbito local, se normalizó el trato directo de sumas multi-millonarias.
Esto ha escalado en gravedad, cada vez son mayores los recursos. Es muy preocupante que, la Contraloría Regional y los órganos (colegiados) electos y encargados de la fiscalización: el cuerpo de Concejales y los Consejeros Regionales, no muestren acciones acordes a la gravedad de los hechos.
Hay algunas excepciones… pero “una golondrina no hace verano”. Todo esto genera impunidad, la ética está en el suelo y la desvergüenza normalizada. El colmo es que han usado estas cortinas de humo, para la venganza institucionalizada, despidiendo a los funcionarios que denunciaron la corrupción.
Es vergonzoso que la Región de Antofagasta, sea reconocida como la capital de la corrupción en Chile. La generación involucrada es aquella que se auto-señalaba con superioridad moral, presentándose como ejemplo de virtud ética y compromiso social. Nos llenamos de “Manos Negras” con acciones reñidas con la probidad, con asignación de recursos de manera ilícita a adherentes y partidarios.