Mundo Académico

El crimen organizado: una tragedia para la vulnerabilidad social

El crimen organizado tiene como estrategia permear las instituciones que deben velar para detener y judicializar los delitos de estas bandas, dice el académico Hugo Covarrubias.

Por Hugo Covarrubias.- Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2022 más de 120 millones de personas vivían en pobreza en esta región.

Se agrega a esto que América del Sur es el continente más desigual del planeta y la enorme existencia de mercados informales en nuestras economías. Esto es un tremendo factor de riesgo para que nuestros países logren desarrollo en todos los ámbitos.

Ver también:
Chile bajo ataque: De la ineptitud del estado al crimen organizado
Chile bajo ataque II: la Guerra de Cuarta Generación
Chile bajo ataque III: Inseguridad e incertidumbre social endógena
Chile Bajo Ataque IV: Convención de Palermo, crimen organizado y conflictos asimétricos
Chile bajo ataque V: ¿Terrorismo o crimen organizado? ¿Ignorancia o complicidad?

En estas latitudes existen escasas iniciativas para la reinserción social; por lo mismo, ha cobrado más fuerza el ingreso del crimen organizado en nuestros territorios. Si sumamos los altos niveles de corrupción de las instituciones, sólo puede haber crisis.

En Chile, el crimen organizado avanza y gana lugar en los territorios más vulnerables de nuestra sociedad. Esto es un fenómeno muy complejo y que tiene factores múltiples que se encuentran interrelacionados, de los cuales hay tres que son de especial importancia para la opinión pública.

  • El primero son los factores socioeconómicos, junto a la desigualdad y la pobreza, que conlleva la falta de oportunidades que necesitan las personas para integrarse a la sociedad, y participar de manera normal en las actividades económicas del país;
  • El segundo son los altos niveles de desempleo en la juventud, que potencia que el crimen organizado sea una “oportunidad” para poder ganar dinero y sentirse incluidos dentro de estas organizaciones ilícitas;
  • El tercer elemento es la corrupción que pueden padecer tanto nuestras fuerzas policiales como nuestro poder judicial.

El crimen organizado tiene como estrategia permear las instituciones que deben velar para detener y judicializar los delitos de estas bandas.

Se hace muy necesario desde el Estado no sólo aumentar los recursos a estas instituciones sino también capacitarlas con estrategias poderosas para enfrentar eficazmente al crimen organizado.

Hugo Covarrubias es académico de la carrera de Trabajo Social en la U.Central

Alvaro Medina

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