Por Hugo Cox.- Cuando se habla de crisis de Hegemonía, se refiere a que un sector dominante pierde su posición privilegiada, lo que desencadena un cambio en las estructuras del sistema y una activa competencia por reemplazar al sector que ejerce la posición dominante.
Hay factores internos que explican dicho fenómeno, como por ejemplo la disminución de la actividad económica, factores políticos y sociales que hacen que surja una perdida de la influencia política (John Mears Heimer en “la tragedia de la política de las grandes potencias). En síntesis, la desigualdad, la crisis de seguridad, y la economía que no responde a las expectativas de las personas, gatillan la perdida de la hegemonía.
En la política chilena, a partir de la derrota del Apruebo el 4 de septiembre, se instaló en la izquierda una soterrada lucha por la hegemonía del sector, que tensiona al gobierno: por un lado, Apruebo Dignidad, con un discurso que agrupa a muchos sectores identitarios y propuestas muy generales; y, por otra parte, el llamado Socialismo Democrático, con desarrollo social demócrata, que significa construir un estado de desarrollo gradual y permanente, colocando por encima los derechos individuales y sociales. El socialismo democrático, a pesar de participar en el Apruebo, después de la derrota vio la posibilidad concreta de luchar por reconquistar la hegemonía perdida y desplazar a Apruebo Dignidad.
Pero en la oposición ocurre algo similar y está por verse si son los republicanos o Chile Vamos quienes ejerzan la hegemonía. La elección de Constituyentes pasa a un segundo plano, porque en realidad no se trata de la constitución, sino de definir el peso específico de cada sector dentro de cada coalición.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que muchas personas de centro izquierda, votaron Rechazo, y es ese voto el que la centro izquierda debe reconquistar, por lo cual ese sector debe adquirir autonomía para plantear el ideario socialdemócrata.
El presidente Lagos, al participar del consejo nacional del PPD, planteó la oportunidad de que la centro izquierda tenga un proyecto al margen del Partido Comunista y el Frente Amplio. A su vez, la presidenta Bachelet, con su declaración condicionada a la lista única, intenta que la hegemonía siga en Apruebo Dignidad. En el fondo, esa izquierda que se potencia en el estallido social busca el cambio refundacional.
En este escenario es muy complejo gobernar ya que los equilibrios son precarios, y si en la elección de consejeros el socialismo democrático obtiene más votos que Apruebo Dignidad, el gobierno verá cancelada la hegemonía del Frente Amplio y del Partido Comunista.
Este debate no es nuevo en la izquierda y obedece a historias complejas que condicionan la toma de decisiones y que generan tensiones. Lo que nunca debe olvidarse es que los partidos políticos no se inician en un gobierno y terminan cuando el gobierno se termina, y por lo tanto las decisiones de los partidos tienen un carácter estratégico que va más allá de la coyuntura.
En síntesis, la lucha por la hegemonía se inscribe en esta mirada de largo plazo, y el rol que cada partido jugará en el futuro.