ElPensador.io.- Un modelo matemático, no de salud pública, desarrollado por la escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, sería la base de la decisión del gobierno de Sebastián Piñera para desarrollar cuarentenas parciales.
De acuerdo con una información publicada por el diario español La Vanguardia, se trata de un modelo de microsimulación matemático según el cual se evitaría que haya un aumento exponencial de contagios cuando acabe el confinamiento, apostando a que ese sería precisamente el escenario si es que se aplican cuarentenas totales y luego se reabre la actividad económica y social. Es, de hecho, el argumento que dio a conocer la subsecretaria de Salud Paula Daza, cuando señalaba que el objetivo era el “contagio progresivo” de la población.
“Este modelo fue desarrollado por académicos, estudiantes y profesionales de la Universidad de Chile a partir de un trabajo del Imperial College de Londres, y fue presentado en la Mesa Social de COVID-19 que implementó el Gobierno para combatir la pandemia”. El gobierno no ha confirmado su este modelo es la fuente de su decisión, pero es muy parecido a lo que se ha aplicado efectivamente, en un contexto en que se ha intentado mantener una parte de la actividad económica, mediante el aislamiento de algunas comunas.
Según la publicación, la Universidad de Chile aclaró que su estudio “no necesariamente valida” la estrategia de cuarentenas zonales del Gobierno, pero evidencia que las “cuarentenas intermitentes por alrededor del 25 % del tiempo pueden ayudar a mantener el virus sin que se colapsen los hospitales”.
“Tomando como objeto de estudio la Región Metropolitana, este modelo de microsimulación matemática indica que, en el caso de decretarse la cuarentena total en toda la región, en un mes los casos nuevos de COVID-19 desaparecerían y el total acumulado a junio sería de 9.000 contagios, pero una vez finalizada la restricción los casos volverían a aumentar exponencialmente”.
En un escenario de aumento exponencial, la simulación afirma que los contagios podrían superar los 100 mil y los pacientes críticos podrían llegar a 5 mil, lo que colapsaría la capacidad hospitalaria.
«Vemos que no es necesario parar toda la ciudad, pero sí una parte considerable de ésta. Nosotros argumentamos que debe estar parada al menos un tercio de la ciudad todo el tiempo y repetir cuarentenas en la misma zona cuando los números de contagios vuelven a subir», explicó Marcelo Olivares, académico que lidera el equipo a cargo de este estudio desarrollado por el departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile y el Instituto de Sistemas Complejos de la Ingeniería (ISCI), en el artículo de La Vanguardia.
A juicio del modelo matemático, el “éxito” de la cuarentena parcial estriba en que “mantiene los casos activos en un nivel más o menos constante en la ciudad” y permite que cuando una zona se vea sobrepasada de capacidad pueda ser cubierta por otra zona.
“Todo ello asumiendo que se disponga de datos fidedignos y oportunos de los números de contagiados”.
Olivares enfatizó que el cerrar y abrir cuarentenas por zonas es efectivo en la medida que se mantenga de forma permanente el cierre de colegios y el distanciamiento social, sin actividades que conlleven aglomeraciones.
Cabe preguntarse la validez de una decisión basada en una simulación matemática, toda vez que por definición las simulaciones sólo pueden manejar una cantidad limitada de variables y no pueden considerar todos los factores que involucran el comportamiento humano.
Respuesta desde la epidemiología
Al respecto, el asesor de la OMS en adulto mayor y Coronavirus, académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago y doctor en salud pública de la Universidad de Harvard, Pablo Villalobos, consideró que anunciar todas las semanas cuáles son las comunas que entran y salen de la cuarentena es una estrategia “riesgosa”.
Aunque valoró que se adopten decisiones basadas en la evidencia “científica”, hizo hincapié en que los datos que maneja el Ministerio de Salud adolecen de desfases. “Es una estrategia riesgosa, porque el Gobierno puede no estar apuntando a las comunas adecuadas y, a la vez, transmitiendo una falsa sensación de seguridad en algunos sectores”, explicó.
“Las cuarentenas parciales dan la sensación de que en algunas partes está todo bien y, en otras, todo mal”, criticó el académico del Magíster en Salud Pública de la Usach. “La semana pasada, se anunció que una parte de Ñuñoa salía de la cuarentena y, después, apareció un brote en un hogar de ancianos de la comuna, lo que dispara el indicador del Minsal y hace reevaluar la medida”, afirmó.
El académico reconoció que las cuarentenas totales no tendrían los mismos efectos en comunas del sector oriente de Santiago, cuyos habitantes en general tienen mejores condiciones habitacionales y equipos para trabajar desde sus casas, versus aquellas más vulnerables, donde se sufre hacinamiento y pocos recursos. Sin embargo, llamó a estudiar otras medidas más generales que permitan disminuir la circulación de personas.
Finalmente, emplazó a la autoridad a reconocer que la evidencia que se maneja es “poco clara”, “limitada” e “incompleta” como para adoptar disposiciones tajantes; y a adoptar una postura comunicacional más clara, “para que la población acoja las medidas” y no las perciba como “antojadizas”.
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