Una nueva entrega de Curiosidades de la Historia nos cuenta un momento del siglo XVI en que el Imperio Español debatió sobre la legitimidad de la conquista.
Por Juan Medina Torres.- A fines del año 1550, el fraile dominico Bartolomé de las Casas y el teólogo y cronista imperial Juan Ginés de Sepúlveda, se reunieron en el Colegio de San Gregorio de Valladolid para debatir sobre la legitimidad y los derechos de la conquista de otros pueblos y tierras.
Hasta ese momento, España había conquistado en América una superficie 30 veces mayor que la metrópolis, territorios que estaban ocupados por varios millones de habitantes, y surgió la duda de qué hacer con estos pueblos recién sometidos.
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El debate, que duró hasta principios de 1551, fue convocado por Carlos V y en él participaron representantes del Consejo de Indias, teólogos, juristas y otras destacadas personalidades.
El Cardenal Salvatore Roncieri, representante del Papa, presidió las sesiones. El teólogo Domingo de Soto fijó los términos del debate, que versó sobre cómo “quedasen aquellas gentes sujetas a la Majestad de nuestro Emperador sin lesión de su real aquella conciencia”.
La legalidad de la conquista se basaba en cuatro bulas que el Papa Alejandro VI, le concedió a los Reyes Católicos en 1493, las cuales le otorgaban a los monarcas españoles el derecho de conquista y les obligaban a evangelizar las nuevas tierras.
Las tesis sustentadas por Juan Ginés de Sepúlveda y el fraile Bartolomé de las Casas fueron dos visiones antagónicas sobre la conquista de América.
Ginés de Sepúlveda consideraba que la conquista de América se había realizado conforme a derecho, por el estado de barbarie en el que se hallaban los pueblos recién descubiertos y se justificaba liberarlos de esa condición.
Era el germen del pensamiento civilizatorio que animó a las potencias europeas porque se consideraba que la civilización de los países colonizadores era superior a la de los colonizados.
Bartolomé de Las Casas criticó los argumentos de su oponente y defendió la racionalidad de los indios. Asimismo, negó la jurisdicción de la Iglesia o de los príncipes cristianos para someterlos y privarlos de sus propiedades. Consideraba que los aborígenes americanos eran seres humanos capaces de entender y aceptar la fe cristiana por medios pacíficos y tenían los mismos derechos que los súbditos de la corona de Castilla.
La Controversia de Valladolid es considerada el primer gran debate de la historia de la humanidad en que se discutió los derechos humanos y, aunque no se lograron acuerdos definitivos, fue la base de la dictación de nuevas normas por parte de la corona española contra la esclavitud o contra los malos tratos y en pro de la igualdad entre españoles e indios.
Lo que, lamentablemente, en la práctica, los conquistadores españoles nunca cumplieron.