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Curiosidades de la historia: la fiesta de Cuasimodo

Por Juan Medina Torres.- La fiesta de Cuasimodo o Correr a Cristo, es una tradición religiosa que forma parte de nuestro folklore, constituyéndose en una expresión de patrimonio cultural inmaterial.

Tiene por finalidad llevar la comunión a los enfermos y ancianos que no pueden asistir a la santa misa y comulgar.  Se realiza el primer domingo siguiente a la Pascua de Resurrección y el nombre de Cuasimodo se debe a las palabras iniciales del himno litúrgico de entrada de la misa de ese día: Quasi modo geniti (“como niños recién nacidos”).

Sus antecedentes se remontan al IV Concilio de Letrán, convocado por el Papa Inocencio III, el año 1215 donde se estableció el precepto para todo católico de comulgar durante el tiempo pascual o tiempo de Pascua, que es un periodo de cincuenta días que va desde el Domingo de Pascua hasta Pentecostés.

Es necesario recordar que un precepto religioso es un mandamiento de Dios o emana de las leyes divinas; entonces, el precepto establecido por el Concilio de Letrán revestía gran importancia y por ello la Iglesia hizo explicito su cumplimiento.

Algunos antecedentes históricos señalan que durante la colonia en nuestro país, el sacerdote iba en un carruaje revestido con sus ornamentos y llevaba los vasos sagrados para que los fieles de zonas rurales que por enfermedad se encontraban impedidos de ir a la iglesia pudieran cumplir con el precepto de comulgar.

Pero durante el siglo XVIII aumentó la delincuencia y estas comitivas religiosas empezaron a ser asaltadas. Esto hizo, que surgieran escoltas de hombres armados a caballo como una medida disuasiva y resguardo de la integridad de la comunidad y el sacerdote.

Con el paso del tiempo los huasos que acompañaban al cura se convirtieron en verdaderas cofradías que el primer domingo siguiente a la Pascua de Resurrección salen en una procesión a caballo escoltando al sacerdote que lleva los vasos sagrados con la Eucaristía en una carreta adornada para el efecto, asistiendo así a los enfermos y ancianos que no pudieron comulgar durante el Triduo Pascual.

Los escoltas, llamados cuasimodistas, se visten de manera especial, cubriendo su cabeza con un pañuelo, generalmente blanco, en señal de respeto a Cristo sacramentado, dado que en su presencia no se debe usar sombrero. Además, cubren sus ropajes de huaso con una capa corta llamada esclavina.

Aunque en un principio fue una fiesta de raíz campesina, poco a poco se ha adaptado a la ciudad, donde se realizan procesiones en carretelas, bicicletas e incluso en vehículos motorizados especialmente engalanados.

En la actualidad, es una de las principales celebraciones religiosas del país. El papa Juan Pablo II, en su visita a Chile en 1987, la declaró como un «verdadero tesoro del pueblo de Dios».

Alvaro Medina

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