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Democracia y noticias falsas

Por Hugo Cox.- Se han escrito muchas páginas con respecto a lo que son, por una parte, la democracia y su significado, y por otra, las noticias falsas o fake news, y la relación entre estos conceptos.

Como lo plantea Sartori en su texto “¿Qué es la democracia?” publicado 1993, definir la democracia es importante porque establece qué cosa esperamos de ella. Por lo tanto, si la definición tiene una forma irreal, se encontrarán irrealidades en la democracia. En síntesis, democracia es como la definamos: lo que puede ser o lo que debe ser.

La democracia tiene su pilar en la política y pasa a definirse, por lo tanto, como política, y a partir de aquí surge la democracia social y económica, que complementan la democracia en un sentido político.

Ahora, la base fundamental es la democracia social, entendida la democracia social como igualdad de estatus, modos y costumbres. La democracia política como método o procedimientos, debe preceder a cualquier logro sustantivo que pidamos a la democracia.

La democracia moderna (Weber) descansa en la racionalidad, que se ejerce en base a normas, reglas claras, trasparentes y conocidas por la ciudadanía, lo que es imprescindible para un buen funcionamiento de esta.

Las noticias falsas, o fake news, tienen como objetivo difundir medias verdades, propaganda, desinformar o sencillamente mentir. Todo esto surge a partir de intereses concretos y se elaboran a partir de objetivos claros que se quieran lograr.

Normalmente las noticias falsas o a medias generan adhesiones muy volátiles y emocionales. Las noticias falsas han servido siempre para lograr respaldo, para medidas difíciles o movilizar al pueblo de acuerdo a determinados intereses.

Este fenómeno es altamente preocupante para la democracia, ya que puede confundir y polarizar a los ciudadanos, minar la confianza en las instituciones y en los medios, generar una gran distorsión en el contenido del debate público. Para obtener resultados democráticos, el proceder debe ser democrático.

Tomando en consideración los dos conceptos expuestos, democracia y noticias falsas, podemos observar cómo en Chile, de un tiempo a esta parte, hemos asistido por parte de los medios de comunicación masivos a la entrega de informaciones sesgadas y sobrexponiendo situaciones de violencia tendientes a crear realidades en beneficio de objetivos políticos claros y de corto alcance. Ejemplos hay muchos, que ya son de dominio público.

Ver cómo se instrumentaliza la información en torno a Aula Segura con el objetivo final de influir en la opinión pública y tensándolo de tal manera, a “estás conmigo o estás con la violencia”.

Esta retórica es peligrosa, ya que enfrenta a la ciudadanía y debilita finalmente a la democracia.

Más aún en sociedades que no han definido la democracia real en la que se quiere vivir. Esto es la formulación de un nuevo contrato social.

En síntesis: Al continuar por ese camino de incremento de las noticias falsas, o medias verdades, en que frente a una ciudadanía que expresa una desconfianza activa frente a la política, y aún no hay un piso base frente a la problemática que rodea a los derechos humanos, la difícil relación entre una democracia y un Estado en constante transformación, o la compresión entre éste y la concentración del poder en la persona del Presidente, el lugar de los medios de comunicación y de los llamados poderes fácticos son algunos de los temas esenciales para pensar el presente político, y también nuestra historia democrática.

Debemos ser responsables de no seguir creando una sociedad que desconozca el arcoiris de diversidad que nos rodea, y el daño que le causamos apelando a lo vacío de contenido real, transformado a la política como instrumento de la democracia, y no olvidar que en política las percepciones son determinantes y por lo tanto las percepciones se transforman en realidad.