La industria 5.0 demanda una sociedad con menos desigualdades, con más desarrollo humano, con la vigencia de los principios y valores del Humanismo y su ética asociada, en la convicción que todos somos uno, y uno somos todos.
Por Carlos Cantero[1].- Cambia la forma de ser y estar en el mundo. El tiempo que vivimos no constituye una época de cambios tecnológicos y sociales, sino que encarna un Cambio de Época. En esta sociedad, la única certeza es el cambio constante y vertiginoso. La dominación y el dominio físico -biopolítico en el decir del filosofo Michael Foucault- muta hacia la sicopolítica donde los nuevos espacios de dominación son la subjetividad, los deseos y gustos de los individuos, generalmente configurados o manipulados por Big Data.
Los desafíos derivados de las nuevas tecnologías y sus potencialidades abren un gigantesco desafío ético. La automatización, la robótica, la nano y biotecnología, la inmersión en la ingeniería genética, nos ponen frente a una sociedad que comienza a mostrar y delinear sus nuevos e insospechados límites, en lo ético y moral, sin que existan referentes (ni referencias) que cautelen el bien común, en el entorno de la postverdad.
Se asoma la Sociedad del Cansancio, señalada por el filósofo Byung-Chul Han, un entorno cultural en el que los individuos se someten a la auto explotación inducida, por la configuración y manipulación de la subjetividad de las personas.
La Big Data y el Internet de las Cosas constituyen un escáner constante a cada individuo. Un entorno digital con un poder omnisciente, omnipotente, omnipresente, que nos conoce mejor que nosotros mismos.
Asoman los contornos de una sociedad post humanista, que desafía la relacionalidad y el mundo del trabajo, un enfoque minimalista de la dignidad de la persona humana, en que la tensión entre el ser y el tener, están presentes en el centro de este escenario. Emerge la tensión en un concepto del trabajo automatizado, que sustituye a las personas, donde el tiempo del trabajo se alterna con el tiempo de ocio, de construcción de desarrollo humano y elevación de consciencia y realización personal.
La industria 5.0 demanda una sociedad con menos desigualdades, con más desarrollo humano, con la vigencia de los principios y valores del Humanismo y su ética asociada, en la convicción que todos somos uno, y uno somos todos. En la convicción de que las tecnologías son las herramientas, son los medios para alcanzar un propósito, pero nunca un fin en sí mismas. El fin siempre está en la persona humana, en la sociedad, en el respeto al medio ambiente o Casa Común.
La emergencia de la sociedad digital, con su revolución en las tecnologías de información y comunicación, está compuesta de procesos que implican cambios radicales en las relaciones témporo-espaciales, lo que cambia la forma de ser y estar en el mundo: a las personas, organizaciones, empresas y territorios. Derivado de estos procesos, la industria enfrenta cambios importantes con la emergencia de la virtualidad, la robótica, Inteligencia Artificial, Big Data, que surgen nuevos desafíos al invadir todas las dimensiones del quehacer humano. Eclosiona la emergencia de tecnologías disruptivas, lo que demanda gestión estratégica, nuevas competencias y habilidades en las personas y un amenazante entorno en materia de ciberseguridad en las organizaciones y territorios.
[1] Carlos Cantero, (cantepor@gmail.com) ha sido Alcalde, Diputado de Chile, en dos períodos y Senador por dos períodos. Ocupó la VicePresidencia del Senado de Chile y distintos cargos a nivel internacional. Intelectual y pensador chileno, estudia el proceso de adaptabilidad a la Sociedad Digital y la ética asociada. Tiene publicados una decena de libros de su especialidad en Europa y América.