El abogado Francisco Javier Devia cuestiona que la Cancillería chilena no haya definido con claridad la función de la diplomacia pública.
Por Francisco Javier Devia.- El profesor español Juan Luis Manfredi define la diplomacia pública como la gestión de la comunicación política internacional, con arreglo a unos intereses de acción y política exterior. Su objetivo es el ejercicio de la influencia por parte de una entidad sobre un público extranjero, mediante el desarrollo de estrategias de comunicación, que incluyen los programas educativos, informativos y de entretenimiento.
Así, “la diplomacia sale al encuentro de la opinión publicada en medios de comunicación, se publican libros, memorias y apuntes diplomáticos como obras literarias de no ficción, se multiplican las corresponsalías”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Reino de España, señala en su página web que “la diplomacia pública permite dar a conocer y proyectar con mayor eficacia las posiciones de un país en relación con las principales cuestiones internacionales, así como sus principales iniciativas”. Asimismo, la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024 del citado Ministerio se refiere también a la diplomacia pública.
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Verdadera diplomacia
Por su parte, en Chile la diplomacia pública digital irrumpió en forma tardía y fuera de cualquier otro patrón estudiado cuando, en abril de 2014, la Cancillería estrenó su cuenta de Twitter. Su uso se enfocó inicialmente en contrarrestar la fuerte ofensiva peruana en torno a la controversia de delimitación marítima, interpuesta ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, cuya resolución se conoció el mismo año. También en 2014, el gobierno chileno lanzó la cuenta de Twitter @chileanteLaHaya, en respuesta a la estrategia digital, esta vez de Bolivia, por el diferendo sobre la negociación de acceso al Océano Pacífico entre ambos países.[1]
En Chile la noción de diplomacia pública está limitada al uso de los portales o páginas webs oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores y de sus representaciones en el exterior, conteniendo publicaciones de comunicados de prensa y noticias.
En este marco, peculiar resulta que la principal mención al concepto de diplomacia pública se ubique en el portal del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el apartado de la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y la Diplomacia Pública (DIRAC) [2] y no en la Dirección de Comunicaciones Estratégicas (DICOME). Esto lo afirmo porque la cultura es una de las tantas manifestaciones de la diplomacia pública, del denominado “poder blando”.
Con todo, ninguna de las dos Divisiones es capaz de definir, o al menos dar un lineamiento que permita comprender cuál es el uso que Chile tiene o desea darle a la diplomacia pública -en el portal aludido-.
A mayor abundamiento, según dicho portal oficial, la Dirección de Comunicaciones Estratégicas “es la encargada de informar a la comunidad acerca de los objetivos, acciones y actividades del Ministerio de Relaciones Exteriores”. Ninguna mención a la diplomacia pública.
Por lo expuesto, cabría considera contemplar y explicitar que, dentro de las funciones de la DICOME, le compete el diseño, la ejecución y la evaluación de una Estrategia de Diplomacia Pública. Por lo demás, esta Dirección cuenta con numerosos y bien remunerados profesionales, según reciente publicación de prensa.
Finalmente, otro desafío que emerge para los diplomáticos y funcionarios de todos los Ministerios de Relaciones Exteriores, no sólo los de Chile y España, es la necesidad de prestar una mayor atención al uso correcto y apropiado del internet y de las redes sociales.
Francisco Javier Devia Aldunate es abogado y diplomático
Notas
[1] Nuevas voces de política exterior, Chile y el mundo en la Era post -conceptual
Cristóbal, Bywaters, Daniela, Sepúlveda y Andrés Villar. Diplomacia pública (y digital) en una potencia intermedia: reenfoques para una mejor actuación de Chile al 2030, Matthias Erlandsen. Página 193. Editorial FCE chile, 2021.
[2] https://www.dirac.gob.cl/noticias/arquitectura/division-de-las-culturas-las-artes-el-patrimonio-y-diplomacia-publica