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Lectura: El arte de gobernar según Obama
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El Pensador > Blog > Cultura(s) > El arte de gobernar según Obama
Cultura(s)Opinión

El arte de gobernar según Obama

Última actualización: 21 diciembre, 2020 9:47 am
4 minutos de lectura
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Por Alvaro Medina J.- “Una tierra prometida” se titulan las memorias del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y cuyo primer volumen circula ya.

Para quienes han leído ya los libros anteriores de Obama (“Los sueños de mi padre” y “La audacia de la esperanza”), esta publicación viene a coronar lo que parecía una carrera destinada a la grandeza, una historia protagonizada por un hombre con una historia inusual: hijo de padre keniata y madre hawaiana, en una crianza liberal bajo el alero de sus abuelos blancos y su herencia africana, con adolescencia en Indonesia y estudios en Harvard.

La descripción del surgimiento de su liderazgo -entendido éste como la legitimidad del rol de guía que los grupos le entregan a un individuo- en medio de la búsqueda de su propia identidad, del “ethos” nacional, y luego del trabajo social y político desde las bases del Partido Demócrata, habla de un individuo que parece una esponja, absorbiendo las enseñanzas de todos los aciertos y errores en su paso por el mundo.

Más aún, el valor de “Una tierra prometida” es que relata las vicisitudes de gobernar, contado desde dentro, y las infinitas complejidades de estar al frente, con la obligación y la presión de enfrentar desigualdades sociales gigantescas, las variables catastróficas del día a día, los conflictos internos y externos heredados, y la misión propia de un Jefe de Estado de construir imagen nacional y constituir un símbolo de orgullo para millones de personas, en medio de decisiones sobre la vida y muerte.

El viaje de Obama parte desde la esperanza cuando se da cuenta de que es posible alcanzar la Casa Blanca: “Si ganábamos, significaría que no estaba solo en creer que el mundo no tenía por qué ser un lugar frío e implacable en el que los fuertes devoraban a los débiles y todos nos retirábamos inevitablemente a los clanes y las tribus, combatiendo lo desconocido y apiñándonos para protegernos de la oscuridad. Si esas creencias se convertían en un manifiesto, entonces mi vida tendría sentido”.

Luego, describe con hidalguía el conflicto interno entre lo posible y lo ideal, y de qué manera el político profesional que logra el máximo poder, debe elegir con frecuencia entre aquello que formó parte de su filosofía y de su vida, lo que implican las expectativas del pueblo, y lo que efectivamente se puede lograr, en medio de compromisos y cesiones necesarias ante una realidad de falta de consensos u oposiciones cerradas y dogmáticas.

Más importante, Obama -que gobernó entre 2009 y 2016- describe la manera en que, desde el Partido Republicano y los medios masivos, se fue construyendo un discurso extremo, conservador, intransigente, ignorante, que terminó encarnándose en Donald Trump. Un ejemplo de eso fue la invención de que Obama no había nacido en Estados Unidos, lo que fue machacado por Trump con majadería y sin pruebas, pese a lo cual copó durante meses las pantallas, particularmente de la cadena Fox. El ex mandatario de EEUU no solo se detiene en Trump, como figura, sino que mira en retrospectiva el surgimiento de un pensamiento postmoderno, narcisista, sostenido en el rimbombante brillo de las pantallas, que nace de la necesidad de simples certezas (aunque sean falsas) en medio de las incertidumbres de las crisis.

El libro recoge, asimismo, una mirada crítica y autocrítica frente a la evolución del mundo, los conflictos mundiales y los poderes que están marcando la década que comenzamos a vivir.

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