Mírame, soy el hombre superior,
me hice maestro de la excelencia
con mucho esfuerzo y con harta paciencia
pues solo quería ser el mejor;
mírame, soy el hombre superior.
Toda una vida buscando tesoros,
muy rara vez me encontré algo de oro,
sí que crecí en mucho conocimiento,
pero los hombres creen que les miento
y ahora recibo un rechazo sonoro.
Mírame, soy el hombre superior,
que descendió debajo de la tierra
para buscar lo que esconde y encierra
y conocí el real resplandor.
Mírame soy el hombre superior.
Pero en el pueblo se rieron de mí
cuando a mostrar mis hallazgos volví
y me creyeron perezoso y loco
y me acusaron de trabajar poco
¿por qué la suerte se olvida de mí?
En realidad, soy el hombre inferior,
el hazmerreír de toda la aldea
pues los aldeanos no tienen idea
y si algo les sobra, es un pensador;
En realidad, soy el hombre inferior.
Debí ponerme a cultivar la tierra;
tarde entendí que el espíritu aterra.
Voy por las calles y hago de bufón
porque aquí no hay corazón ni razón.
Sobre mi mundo la noche se cierra.
En realidad, soy el hombre inferior.
Togas y birretes hoy son harapos,
ni para limpiar hacen buenos trapos.
Por querer ser un hombre superior,
en realidad, soy el hombre inferior.
Queda esperar que se apiaden los dioses
mientras recibo miradas atroces
de un populacho rico en tonterías
que ha despreciado la sabiduría.
Queda esperar que se apiaden los dioses.
Arturo Ruiz
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