El análisis del escenario sobre la libertad de prensa en que se posicionó Chile responde a las agresiones sufridas por periodistas en manifestaciones y el espionaje a quienes investigan casos de corrupción.
Por Ignacio Paz.- La declaración universal de los Derechos Humanos consagra la Libertad de Expresión en su artículo 19. Junto con ello, la gran mayoría de las naciones la refrendan a través de tratados internacionales e integrando los conceptos en sus respectivos marcos legales y constitucionales.
Desde hace 31 años, las Naciones Unidas declara el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, donde se establece la relevancia de contar con un periodismo pluralista e independiente que permita impulsar a las sociedades democráticas.
¿Cómo está el panorama en Chile?
Vayamos a los números: el ranking de Reporteros sin Fronteras muestra que Chile cayó en los últimos años. El estudio considera criterios como el marco legal, contextos políticos, económicos, socioculturales y de seguridad. En 2019 nos lucíamos en el puesto 46° entre 180 naciones y en cosa de cinco años aparecimos en el 83°, situándonos en un escenario problemático.
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La buena noticia es que en el indicador 2024 hemos recuperado terreno y nos ubicamos en el lugar 52°. El análisis del escenario en que se posicionó Chile responde a las agresiones sufridas por los profesionales de la prensa en manifestaciones públicas y espionaje a periodistas que investigan casos de corrupción. También se dan hechos de violencia digital, principalmente a mujeres comunicadoras.
Casos emblemáticos de los últimos años son la censura sufrida por la periodista Paulina de Allende-Salazar a manos del general de Carabineros Alex Chaván, y el posterior despido de la profesional del Canal Mega. Y, por supuesto, el asesinato de Francisca Sandoval, al recibir un disparo mientras cubría una marcha del Día del Trabajador en el centro de Santiago en 2022.
Qué decir de la concentración de medios en manos del poder económico, lo que ha generado que la ciudadanía pierda la confianza en el periodismo porque se ve una falta de contexto, análisis y opinión. El discurso se hace monocorde, y entonces la “pega” queda trunca, pues a pesar que hay una buena cantidad de iniciativas independientes, no tienen la fuerza ni el impacto que se necesita y merecen.
Ahora bien, en Chile aún se respeta el Estado de Derecho y eso, entre otras cosas, nos asegura libertad de expresión. Podemos comunicar y publicar de manera libre, asumiendo las responsabilidades que eso conlleva.
No hay periodistas presos ni existe un asedio sistemático. No obstante, cada tanto, trabajadores de la prensa son hostigados y violentados sin sanciones conocidas. A ello se suma que aún no abandonamos los principios jurídicos de la dictadura y el derecho a la información, tras los dos fracasos constitucionales.
¿Qué pasa en América Latina?
Si bien en la región nos situamos dentro de los cuatro primeros países, el subcontinente en su conjunto está en un estado de salud crítico debido a los complejos contextos socio políticos de esta parte del mundo. Venezuela, Honduras y Cuba prácticamente cierran este ranking.
Hoy, cuando somos testigos de flujos de desinformación sin precedentes facilitados por la tecnología, el buen periodismo se hace indispensable y la libertad de prensa deber ser más que una simple declaración de principios.
Junto a una institucionalidad sana hay que trabajar con miras al interés general, de manera independiente y segura para, de esa manera, aportar a una construcción social más inclusiva, mejor informada, educada y mucho, pero mucho más democrática.
Ignacio Paz Palma es periodista y académico