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El miedo frente al plebiscito de octubre

Por Roberto Fernández.- Comienza a circular por las redes sociales un mensaje que muestra otro intento de la derecha dura para cuestionar el plebiscito del 25 de octubre. Esta vez se trata de poner en duda la legitimidad del resultado, en función de la participación de los ciudadanos en la votación. Evidentemente son ellos los que definen cuál debería ser. Incluso llegan a plantear que la de la última elección presidencial sería insuficiente para legitimar el proceso. Hay que recordar que esta fue del 49%, o sea para ellos Piñera sería un presidente ilegítimo. ¿Habría que pedirle la renuncia?

Más allá de la pirotecnia verbal, el tema de fondo es que, aquí y en cualquier parte, un plebiscito se gana con el 50% más uno de los votos válidamente emitidos. Es lo legal, ratificado implícitamente en la reforma constitucional, de quórum calificado, que aprobó el Parlamento por amplia mayoría.

Cabe recordar también que el acuerdo prevé tres etapas para llegar a elaborar una Nueva Constitución. Un plebiscito de entrada donde se debe decidir si se aprueba o rechaza la proposición de dar término a la actual y el mecanismo a través del cual se haría: una Asamblea Constituyente elegida al 100% o al 50%. La segunda etapa, si gana la opción Apruebo, es la  elección de una Asamblea Constituyente, que analizará y definirá los artículos que serán propuestos a la ciudadanía, para su aprobación o rechazo, en un plebiscito llamado “de salida”.

Lo importante a recalcar aquí, para los que se preocupan por la necesidad de que la Nueva Constitución exprese a una amplia mayoría, es que, para ser plebiscitados, los artículos tendrán que ser aprobados por el 66,7% de los constituyentes. Lo que significa que el 33,3% tendría la capacidad de vetar todas las proposiciones que consideren atentatorias a sus intereses (en la práctica, 66,7% = 33,3%).

¿Por qué esta desesperación de la derecha respecto al plebiscito? ¿Tienen miedo de no poder obtener ni siquiera el 33,3% de la Asamblea Constituyente? Es verdad que la posibilidad de sufrir una derrota histórica es real. ¿Significa que ese riesgo justifica el tratar de impedir, por cualquier medio, la realización del plebiscito o no aceptar su resultado cuestionando su legitimidad?

Es evidente que Chile vive hoy una conjunción de crisis sin precedentes: social, política, de salud pública y económica. La situación es muy compleja y los riesgos de confrontación son altos. El plebiscito ofrece la posibilidad de aliviar las tensiones y presiones. Una salida política en la búsqueda de acuerdos para resolver los problemas de fondo; la extrema e inaceptable concentración de la riqueza, la pobreza, la desigualdad, los abusos, la situación del pueblo mapuche, entre otros.

Por primera vez en la historia los chilenos tenemos la posibilidad de participar directamente en la elaboración de nuestra Constitución. Y tenemos que defenderla con todo.

Las encuestas muestran que la opción Apruebo es ampliamente mayoritaria, lo que a través de un trabajo masivo unitario debe expresarse en votos concretos el 25 de octubre.

El gobierno, dividido al respecto debe, además de neutralidad, garantizar la realización del plebiscito en las mejores condiciones posibles. Es desde los sectores que lo apoyan que vienen las principales amenazas a su realización.