La derecha chilena tiene conflictos internos y externos, los escándalos que involucran el dinero y el poder son parte de aquello que no les ha permitido generar una cohesión que sea más que una simple herramienta electoral. Esto es analizado por Miguel Mendoza Jorquera, Tecnólogo Médico, columnista y conductor del programa de YouTube Manos Libres en El Pensador.io.
Por Miguel Mendoza Jorquera – La derecha a pesar de tratar de reinventarse, sigue siendo conservadora en temas valóricos y liberales en lo económico, también en lo referente a los temas de seguridad su discurso lleva más de 60 años y sin cambiar una coma.
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Hace años este sector político se jactaba de ser excelentes administradores públicos, probó en las alcaldías y cuánto servicios burocráticos del Estado, una carrera que no se discutía entre sus mismas filas, pero con el destape del caso PENTA en el año 2014, que políticos de derecha y centroderecha estaban involucrados en triangulaciones políticas-empresariales de Cohecho, al igual que Corpesca, caso Cascadas que involucra el expresidente Sebastián Piñera y SQM que este último salpicó al PPD y a Carolina Tohá, era un patrón recurrente en los últimos años, porque la derecha defendía los intereses políticos-patrimoniales de los grandes empresarios y fortunas de este país.
Los casos de desfalcos en las alcaldías de derecha y los casos emblemáticos del “Tronco” Torrealba, Cathy Barriga, Karen Rojo, Virginia Reginato, Nora Cuevas, Andrés Zarhi, Pedro Sabat, José Luis Yañez y también agregar las “las metidas de patas” de la alcaldesa de Las Condes Daniela Peñaloza, que la UDI la blinda para proteger a Joaquín Lavín, se abre una crisis que parece invisible para las encuestas y medios de comunicación.
Pero esto es un problema en las bases de esta nueva derecha post dictadura, que de ser colaboradores de Augusto Pinochet a ser oposición de la otrora Concertación y jugar a ser demócratas, estas irregularidades parecen estar enquistadas en sus mismos colaboradores y operadores políticos en cuanta administración pública exista.
El gobierno del presidente Gabriel Boric ha sido muy mediocre y cualquier oposición podría ganar todas las elecciones por goleada, pero hemos visto lo poco inteligente de la derecha y el centro, con argumentos desde cómo se viste el presidente, su vida privada o simplemente su falta de madurez política, poco ayuda sus pretensiones para llegar a la primera magistratura.
Podemos decir que el caso de las fundaciones fue un tremendo revés político al mandatario, pero hay que ser muy caradura al decir que son unos sinvergüenzas si el monto defraudado en todas las fundaciones es menor a lo defraudado por las alcaldías de la derecha, y los platos rotos lo paga el pueblo con impuestos y después borrón y cuenta nueva, es el descaro de la clase política que está podrida.
El problema más atingente para la derecha es ponerse de acuerdo, falta un gran líder que una las posturas desde el sector más conservador hasta el centro, pero como hay tanto partido político y no hay un consenso común para ser ganar la presidencia y tener mayoría en el congreso, es por esto, que se extraña la mística de la Concertación de Partidos por la Democracia, que reunió a la Democracia Cristiana hasta el Partido Socialista, antiguos enemigos acérrimos y dejando sus diferencias ideológicas y teniendo un colectivo común a Chile y el retorno a la democracia, dejando 4 presidencias consecutivas para el desarrollo sostenible en lo económico y social, y de paso ser la envidia de nuestros vecinos.
Eso le falta a la derecha, emprender una coalición de partidos, que las diferencias ideológicas queden en el pasado y solo llevar acuerdos en conjunto para dar sustentabilidad y gobernabilidad, pero si todos quieren ser líderes, solo les va a tocar gobiernos alternados y cortos que no han brillados en los últimos 14 años.