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El significado del Apruebo

Por Juan Medina Torres.- El triunfo del Apruebo en el Plebiscito es una experiencia vital en el tiempo y en el espacio, compartida por millones de chilenos que acudieron a las urnas en medio de una pandemia.

Hoy, cada uno de los chilenos nos sentimos dueños de esa experiencia que promete aventura, crecimiento, transformación y, al mismo tiempo, cambio de todo lo que sabemos, conocemos, sentimos desde el ámbito político, social, económico. En realidad es una vorágine desintegradora de los metarelatos cuya función era consolidar una Constitución que no respondía a los requerimientos de innovación de un país moderno.

Ahora, el reto es para los que en abril del próximo año serán elegidos para constituir la Asamblea Constituyente. Estos se transformaran en los actores principales en  la construcción de la nueva Carta Magna, porque deben interpretar y descubrir los valores esenciales que están en juego, lo cual requiere un esfuerzo intelectual que supere el uso arbitrario del poder. Los resultados ponen en juego la inteligencia humana, porque una buena constitución debe ser buena para todos.

Es crucial que los constituyentes elegidos sean capaces de comprender el momento histórico que vivimos, el país que habitamos con su pluralidad de mundos, conocer quiénes somos y nuestras necesidades. Comprender la relación entre poder y el conocimiento que nos habla Foucault, quien rompe con la noción de que el poder está localizado en el Estado y nos invita a realizar un análisis del poder, en diferentes localizaciones, contextos y situaciones sociales.

Es evidente que los cambios que estamos viviendo generan agitación, inquietud, inestabilidad, fragmentación, que se manifiestan en diversas formas, las cuales deben abrir camino a una reflexión que nos permita superar la crisis, dejando de lado las tensiones siempre latentes.

El resultado del plebiscito tiene un enorme significado político. En los últimos años hemos años hemos sido testigos del deterioro de la clase política que no ha sabido interpretar las necesidades sociales, provocando una grave crisis que se refleja  en la falta de confianza de la ciudadanía. La ausencia de líderes políticos es el camino a populismos cuya amenaza permanente representa la concreción de todos los desvíos no deseados para nuestra democracia.

Sin embargo, creo que es el tiempo de ser significativamente optimistas y pensar que podemos alcanzar un futuro mejor teniendo la estrategia de producir una sociedad más democrática, con más identidad de significados esenciales.

Por supuesto que el camino futuro no es fácil: simboliza el desafío de extirpar el miedo, la incertidumbre y promover la unidad. La participación debe ser la respuesta a la fragmentación social y el individualismo.

Alvaro Medina

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