El sistema escolar hace agua por diversos lugares, la calidad es un factor que siempre sale en los debates, por otro lado, los climas internos en las aulas no son los mejores, los profesores también sufren, como la paliza que recibió un profesor por parte de un estudiante y su apoderado en San Ramón, lo que evidencia la poca autoridad y respeto que refleja su labor.
Por Carlos Guajardo Castillo – Hace algunos días ocurrió un lamentable hecho acontecido en un establecimiento educacional de la comuna de San Ramón, Región Metropolitana. Un profesor recibió una golpiza luego que un estudiante y su apoderado fueran informados que no pasaría de curso.
Lamentablemente, esto no es nada nuevo en el día a día del gremio docente, cifras de la misma Superintendencia de Educación señalan que, este año, existe un 63% de aumento en las denuncias por acoso, violencia física y psicológica, respecto del año anterior.
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Si bien, cada comunidad educativa debe contar por ley con una normativa para la sana convivencia, las consecuencias del regreso a la presencialidad –post pandemia– nos sigue pasando la cuenta. Debido a esto, primeramente, era necesario conocer el estado socioemocional de los estudiantes y posterior a ello, iniciar el trabajo de nivelación de aprendizajes.
Queramos o no, el estudiante requiere estar emocionalmente “sano” para que sienta motivación y conciencia por lo que aprende, en un espacio en el que se encuentra gran parte del día como es la escuela. ¿Será que los reglamentos de convivencia se están remitiendo a lo punitivo?
Cuando vemos situaciones como el maltrato físico hacia un profesor, sin duda, que el reglamento, la superintendencia e incluso la justicia deben referirse e intervenir; el punto está en si realmente se están ejecutando verdaderos “Planes de Convivencia” que prevengan los efectos de agresión a cualquier miembro de una comunidad escolar. No basta sólo con celebrar el “Día de la Convivencia”, si éste no se enmarca en una estrategia a corto, mediano y largo plazo.
Habrá que esperar el apoyo que recibirá el docente agredido, se respeten sus derechos como persona y profesional ante las autoridades competentes. Y por su parte, a la serie de hechos que están aconteciendo en educación estos últimos meses. No esperemos a que se destape el problema para darle una solución.
Carlos Guajardo Castillo es Director de Pedagogía en Educación General Básica, Universidad Central.