La polarización, como una forma de hacer política, posibilita a los políticos tener presencia en los medios de comunicación, cuyo negocio es la controversia, dice Juan Medina Torres.
Por Juan Medina Torres.- Tenemos que reconocer que la desigualdad, la corrupción y la polarización política en nuestro país, generan un gran descontento contra la clase política que no ha sabido analizar las condiciones y las posibilidades de solución de temas cruciales para lograr una sociedad más equitativa.
La opinión pública observa cómo los integrantes del poder político orientan todo su quehacer en discrepar por todo y con todos, lo que muestra una profunda polarización, haciendo inútil el razonamiento. Las últimas elecciones son un ejemplo de ello.
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En ese contexto, la política se reduce a buscar la exclusión del otro, su aniquilación. El otro es considerado un enemigo y, por lo tanto, debe desaparecer. De esta forma se deja de lado la búsqueda de soluciones a los principales problemas de quienes dicen representar, es decir, los electores, que se mantienen subrepresentados por la subsistencia de poderes invisibles que evitan la transparencia en el ejercicio del poder.
A la clase política no le interesa buscar puntos de encuentro donde primen valores como la tolerancia, sin fanatismos, generando un debate de ideas con seriedad y respeto, siendo menos populistas y teniendo como objetivo el bien común, para construir una sociedad mas equitativa.
Es indiscutible que la polarización, como una forma de hacer política, posibilita a los políticos tener presencia en los medios de comunicación, cuyo negocio es la controversia, mediante la cual aumentan el rating.
Así se empobrece el proceso democrático de nuestro país y no se contribuye a revitalizar nuestra democracia.
Sin lugar a dudas, lo observado genera un clima de apatía en amplios sectores de la ciudadanía que se sienten frustrados, abandonados y segregados política y socialmente, porque los espacios de participación y representación continúan reducidos a una mínima expresión con elecciones con sufragio obligatorio universal.
¿Cómo podemos superar esta crisis?
Es indudable que la crisis política-social que experimentamos requiere una trasformación social y cultural profunda que permita crear, mediante un esfuerzo colectivo, las bases mediante las cuales podamos generar un proyecto país que facilite los procesos de reformas que necesitamos en educación, economía, investigación científica y tecnológica, innovación, entre otras.
Hoy es necesario superar los ideologismos para impulsar un proyecto país, a fin de lograr el objetivo vital de transformación con un espíritu unitario.