Sr. Director
Las recientes noticias sobre estafas telefónicas contra nuestras cuentas bancarias, dan cuenta de que los fraudes de phishing (vía e-mail), smishing (vía mensajes SMS) y vishing (vía llamada
telefónica) siguen plenamente vigentes a pesar de la errada medida promovida por la Asociación de Bancos de limitar la instantaneidad de las transferencias electrónicas. Con ello, proponían mayores controles y verificaciones para prevenir el fraude, soslayando que la vulnerabilidad no radica en la prontitud de la transferencia, sino que en el bajo nivel de alerta de un cliente a quien le simulan una urgencia.
¿Qué tan efectivas han resultado sus campañas de concientización? ¿Qué valor pedagógico han logrado? No solo siguen usando los SMS como mecanismo de validación, a pesar de las recomendaciones internacionales en contrario y su precaria funcionalidad desde el extranjero, sino que consiguieron impedirnos el acceso a nuestro dinero para el pago espontáneo de productos y servicios; para peor, estrangularon el monto de la primera transferencia a destinatarios nuevos. Así como insisten llamando para ofrecer créditos, deberían invertir en educar bien a su clientela, deshacer la demora artificial, permitir aumentar el límite a la primera transferencia y abandonar el envío de SMS en pos de métodos modernos.
Luis León Cárdenas
Ingeniero Civil en Computación. Diplomado en Seguridad Computacional