Israel, al hacer caso omiso a las advertencias de que termine la agresión a la población civil en Gaza y mantener una ofensiva “hasta la victoria total”, está repitiendo la arenga destructiva que llevó a arrasar con Cartago hace casi 2.200 años.

Por Juan Medina Torres.- El político  y orador romano Catón el Viejo, a partir del año 153 A. C.,  concluía todos sus discursos con la frase: “Cartago delenda est”, como una forma de recordarle a sus compatriotas que Cartago era una amenaza para Roma y, por lo tanto, debía ser arrasada.

El deseo de Catón el Viejo lo cumplió el general romano Escipión Emiliano en 146 A.C., cuando sus tropas, después de un largo asedio, arrasaron la ciudad de Cartago y su población fue esclavizada. Luego, señala la tradición, los romanos esparcieron sal para impedir que su tierra volviera a ser reproductiva.

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Lo ocurrido en Cartago hace más de dos mil años tiene similitudes con lo que hoy está ocurriendo en Gaza, cuyos habitantes han sufrido el asedio de varios años por parte del gobierno y fuerzas armadas israelíes y hoy el mundo observa la destrucción física de sus ciudades, el desplazamiento de su población y la muerte de casi treinta mil personas, en su mayoría niños y mujeres, y más de sesenta mil heridos, sin que la Unión Europea ni Estados Unidos hayan protestado por lo ocurrido en esa región del mundo a diferencia de la actitud observada con la guerra de Rusia contra Ucrania.

Desde el inicio de la ocupación del territorio gazatí por parte del ejercito israelí, las Naciones Unidas han llamado a la paz y han instado a las partes en el conflicto a buscar soluciones pacíficas, lo cual ha sido ignorado por Israel. Asimismo, la ONU ha solicitado a Israel a levantar el bloqueo para permitir una asistencia humanitaria a los miles de refugiados.

El 26 de enero pasado, la Corte Internacional de Justicia emitió una orden que exige a Israel que tome todas las medidas a su alcance para prevenir la comisión de actos susceptibles de incurrir en los tipos criminales estipulados por la Convención sobre el Genocidio.

Esto implica velar, con efecto inmediato, para que su ejército no cometa tales actos y exige a Israel que tome todas las medidas necesarias para prevenir y castigar la incitación directa y pública a cometer genocidio, así como a tomar medidas efectivas para permitir la llegada inmediata de servicios básicos y asistencia humanitaria que la población de Gaza necesita con urgencia.

Asimismo, la Corte obliga a Israel a presentarle un informe en el plazo de un mes sobre el conjunto de medidas que haya adoptado para dar efecto a la Orden.

El fallo fue una respuesta de los jueces a la acusación de denuncia por genocidio que Sudáfrica presentó contra Israel en ese tribunal con sede en La Haya. “El tribunal es muy consciente de la magnitud de la tragedia humana que se está desarrollando en la región y está profundamente preocupado por la continua pérdida de vidas y el sufrimiento humano”, dijo la presidenta de la CIJ, Joan E. Donaghue, al dar a conocer la decisión tomada por el panel de 17 jueces. El tribunal también expresó su grave preocupación por la suerte de los rehenes retenidos por Hamás y pidió su liberación inmediata.

Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC, considera que lo que el tribunal de la ONU está diciendo con su dictamen es que “la forma en la que Israel está conduciendo la guerra debe cambiar radicalmente bajo estas condiciones”.

Sin embargo, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que Israel “continuará esta guerra hasta la victoria absoluta” y hasta que “todos los rehenes sean devueltos”.

Por su parte el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, rechazó el fallo de la CIJ y declaró:

«El Estado de Israel no necesita sermones sobre moralidad para distinguir entre terroristas y la población civil en Gaza» y calificó la acusación de genocidio presentada por Sudáfrica de «antisemita».

Habría que ver cuál será realmente la protección que la decisión de la CIJ otorgue a los civiles en Gaza. Mientras tanto, el ejército israelí intensifica los ataques sobre Rafah, en el sur de la franja de Gaza, mientras Egipto y Qatar intentan nuevas negociaciones con Hamás.

El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó que Estados Unidos no apoya las operaciones militares en Rafah, ya que supondrían «un desastre» para los palestinos que se encuentran en esta zona, donde hay miles de desplazados de lugares previamente evacuados y constantemente bombardeados.

Kirby resaltó que «si no se tiene plenamente en cuenta la protección de los civiles a esa escala en Gaza, las operaciones militares en este momento serían un desastre para esas personas… Y no es algo que apoyemos», concluyó.

Sin embargo, todo nos indica que, al igual que Catón el Viejo, Netanyahu está repitiendo la arenga destructiva, diciendo “Gaza delenda est”.

Alvaro Medina

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