Por Roberto Fernández.- A pocas semanas de la elección de los miembros de la futura Asamblea Constituyente, que elaborará una nueva Constitución la que será sometida a un plebiscito, para su aprobación o rechazo, creo que vale la pena una reflexión sobre las estrategias electorales en curso.
La gran cantidad de candidatos y listas, sobre todo en el campo de la oposición, sumado a una fina manipulación de los medios de comunicación controlados por la derecha (casi todos), hacen que la esencia de lo que está en juego quede poco clara: la mantención o el cambio de la constitución de Pinochet.
El discutir infinidad de temas entre infinidad de personas ensombrece el fondo de la disputa y se presta para confundir y desanimar a las personas, dada la cantidad de información a las que son sometidas. Los publicistas de derecha saben perfectamente que hoy, al contrario de lo que hace algún tiempo, el control se ejerce a través del exceso de información, porque a la gente le cuesta mucho discernir las cosas importantes. En el caso de la actual campaña, esto puede significar un elemento más bien desmovilizador más que una incitación a participar en el proceso.
Otro espectro muy relevante de lo que está pasando es la forma en que los informativos de la televisión, abierta y pagada, están presentado las noticias respecto al proceso constituyente. Inaceptable y escandalosamente manipulada y parcial. Pareciera que solo existen políticos y líderes sociales de derecha. Esto es particularmente grave en el caso del canal de noticias 24 Horas, que es estatal, con directores de “oposición” que se suponen están allí para garantizar la objetividad y el pluralismo, y que aparecen como una especie de “socios” de una agencia de publicidad del gobierno.
Volviendo a la elección de los constituyentes, estimo que la consigna de la oposición debería ser un llamado unitario a terminar con la constitución de Pinochet, votando por los candidatos que están realmente dispuestos a ello, sean de la lista que sean.