Categorías: Opinión

La acusación contra Sergio Micco es infundada e instrumental

Por Carlos Alvear.- La querella criminal interpuesta por la Comisión Chilena de Derechos Humanos en contra de Sergio Micco, acusándolo de encubrir crímenes de lesa humanidad, es parte de una campaña que tiene una finalidad instrumental: usar el derecho penal para perseguirlo por no adscribir a una tesis que se aleja de la doctrina tradicional sobre los requisitos para considerar cuándo las violaciones a los derechos humanos son sistemáticamente realizadas por el Estado, o qué se entiende por presos políticos o de conciencia, conceptos sobre la cuales organizaciones de internacionales como Human Rights Watch se han pronunciado.

Es de conocimiento público que el ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ha sido víctima de una campaña de cancelación por parte de ciertos sectores y colectivos de izquierda que hostilizaron constantemente su gestión. Por cierto, pueden existir críticas a su gestión.

La querella criminal carece del principio de realidad al pretender que Micco ha tenido un rol de encubridor de violaciones a los DDHH, porque prestarse para esto supone acciones objetivas y concretas tendientes a ello, situación que es inexistente; pero, además, carente del elemento subjetivo del tipo penal, que implica dolo. Ambos elementos son inexistentes y sólo buscan acosar y anular la postura sobre la doctrina de los derechos humanos y de defensa del Estado de Derecho que defiende Sergio Micco.

Utilizar la Comisión Chilena de Derechos Humanos para fines políticos es cuestionable y atenta contra el pluralismo interno. Me pregunto si estas decisiones han pasado por un proceso de consulta al consejo directivo, o a sus miembros constituidos en asamblea. Los estatutos señalan que se debe asegurar en todo momento trabajar en forma pluralista, tal y como siempre se hizo hasta tiempos en que Ángela Jeria nos acompañó.

La Comisión -desde su origen, en 1978, de la mano del maestro Jaime Castillo Velasco- siempre aseguró el pluralismo interno. Hoy ese pluralismo es inexistente. Actualmente, en Chile ciertos grupos se han autocalificado como censores, y desde un puritanismo jacobino nos pretenden educar sobre quiénes pueden hablar sobre derechos humanos y el estado de derecho.

Con esta acción penal se ha desvirtuado el rol histórico de velar por los derechos humanos de los perseguidos políticamente para perseguir políticamente invocando los derechos humanos con fines político partidistas e ideológicos que suponen una ganancia secundaria que responde a una visión maniquea.

Carlos Javier Alvear Pareja es abogado y ex Secretario General de la Comisión Chilena de Derechos Humanos

Alvaro Medina

Entradas recientes

Violencia política banalizada: el caso de Charlie Kirk

La muerte de Charlie Kirk no solo interpela nuestra sensibilidad política, sino que revela cómo…

5 días hace

La Restauración Nacional: liderazgo para reconstruir un país dañado

La próxima presidencia no será simplemente una gestión más: será una cirugía mayor sobre una…

5 días hace

Curiosidades de la Historia: el obispo que desafió a la Audiencia

Crónica de la excomunión, la protesta popular y la huida del obispo Juan Pérez de…

5 días hace

¿Quién encarna hoy el centro socialdemócrata?: ¿Jara o Matthei?

Entre bienestar social y cirugía macroeconómica, las opciones presidenciales de Jara y Matthei se debaten…

5 días hace

¿Cuánto cuesta la justicia social?

Las reformas como las 40 horas y el salario mínimo exigen distinguir entre lo que…

6 días hace

Inteligencia artificial en el poder: ¿eficiencia o riesgo democrático?

El nombramiento de una ministra virtual en Albania revela el potencial y los dilemas de…

6 días hace