El Pensador
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
    • Suscríbete a ElPensador.io
    • Comunícate con nosotros
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
Lectura: La desesperanza, la rabia y el camino a lo iliberal
Compartir
Cambiar tamaño de fuenteAa
El PensadorEl Pensador
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
  • Inicio
  • Opinión
  • Actualidad
  • Cultura(s)
  • Mundo Académico
  • Línea Editorial
    • Suscríbete a ElPensador.io
    • Comunícate con nosotros
  • LEX | Avisos Legales de ElPensador.io
  • Librería ElPensador.io
Síganos
Opinión

La desesperanza, la rabia y el camino a lo iliberal

Última actualización: 13 de junio de 2025 9:21 am
7 minutos de lectura
Compartir
derechos humanos desesperanza iliberal
Compartir

Hugo Cox analiza la presencia en la historia de la desesperanza y la rabia y cómo, hoy, se abre a caminos de iliberales.

Por Hugo Cox.- Días atrás conversaba con un gran amigo entorno a un café, tratando de entender las dos variables que han estado presentes en la historia de Chile: la desesperanza y las crisis, y de ninguna de las dos el país ha logrado liberarse.

Las crisis e iniquidades llevan a la desesperanza y la rabia, y la historia de Chile, en 200 años de República, es prolífica en ejemplos. Estos sentimientos no son meras emociones individuales, sino que se han manifestado colectivamente en diversos eventos históricos y movimientos sociales.

Por ejemplo, uno de los periodos más dolorosos de la sociedad chilena fue la dictadura militar (1973-1990). El golpe de Estado de 1973 que derrocó al gobierno democrático de Salvador Allende sumió al país en un período de represión, violaciones a los derechos humanos y profundas divisiones.

Miles de personas fueron detenidas, torturadas y desaparecidas, generando un ambiente de terror y una sensación de impotencia ante la arbitrariedad del poder. La pérdida de la democracia y la supresión de las libertades individuales dejaron a gran parte de la población en un estado de desesperanza sobre el futuro del país. Familias enteras se desmembraron, y la incertidumbre sobre el destino de los detenidos desaparecidos sigue siendo una herida abierta.

Así, entonces, la desesperanza y la rabia en la historia de Chile no son fenómenos aislados, sino emociones interconectadas que han impulsado y acompañado momentos cruciales. Desde la oscuridad de la dictadura hasta las demandas por justicia social en el estallido de 2019, estos sentimientos han sido motores de cambio y también reflejo de las heridas y desafíos que el país aún enfrenta. Comprender estas emociones es clave para entender la complejidad de la sociedad chilena y sus continuas búsquedas de un futuro más equitativo y justo. El cine y la literatura son reflejo de lo antes descrito, y han funcionado como un registro de las grandes transformaciones y conflictos de Chile. La rabia y la desesperanza se hacen patentes en libros como “Sub Terra” y “Sub Sole” o “Ardiente Paciencia”.

En el Cine tenemos “Julio comienza en Julio”, “Caluga o menta”, “Johnny Cien Pesos”, etc.

Ver también:
El vacío postmoderno reflejado en el cine chileno e italiano

La actual crisis, cuya manifestación es octubre de 2019, aún se soluciona; los actores políticos aún no logran encontrar un camino que convoque a una salida, encontrándonos con que cada actor se escucha así mismo.

Chile, como economía abierta y dependiente del comercio exterior, ha experimentado a lo largo de su historia una fuerte correlación entre sus crisis internas y los fenómenos globales. Esta relación se manifiesta en diversos aspectos, como por ejemplo:

  • Gran Depresión de 1929: Chile fue uno de los países más golpeados por esta crisis debido a su alta dependencia de la exportación de salitre y cobre. La caída drástica de la demanda y los precios internacionales de estos productos generó un impacto fiscal y social devastador, con desempleo masivo y una profunda recesión. La salida de esta crisis implicó cambios en las políticas económicas, con un mayor rol del Estado y la búsqueda de diversificación.
  • Crisis Financiera Asiática y Global (fines de los 90 y 2008): Estas crisis afectaron a Chile a través de la caída de los precios del cobre, la reducción de flujos de capital y el deterioro de los términos de intercambio. Si bien la solidez macroeconómica y un bajo nivel de endeudamiento ayudaron a mitigar los efectos, el país debió aplicar medidas para atenuar el impacto en su economía. La recesión global provocó una contracción de la actividad económica y un aumento del desempleo.
  • Pandemia de COVID-19: La pandemia generó una contracción del comercio mundial y afectó las cadenas de valor globales, impactando a Chile en sus exportaciones (como la fruta chilena a China) y en los ingresos fiscales por la minería.

En resumen, la crisis en Chile, tanto económica como social, no puede entenderse de forma aislada. Siempre ha estado y sigue estando intrínsecamente ligada a los factores globales, ya sea por su dependencia del comercio exterior, su posición en las cadenas de valor internacionales o el impacto de eventos macroeconómicos y geopolíticos que se desarrollan y generan a nivel mundial sobre modelos de desarrollo y gobernanza.

La pregunta es cómo superar la crisis que está larvada y cómo hacer para que el pais no caiga en la desesperanza.

Para ello, Chile debe crecer necesariamente a tasas mayores, para satisfacer las demandas acumuladas y ya comprometidas. Eso sólo puede lograrse con un amplio acuerdo nacional que tenga en cuenta la historia de un país que desea bienestar, pero sin poner en riesgo lo ya conseguido.

Un acuerdo así sólo puede ser en democracia.

Sin embargo, Chile se enfrenta a una elección presidencial en que se enfrenta la iliberalidad -representada por los dos polos que más vociferan en una campaña-. Lo iliberal ha dado origen a los Maduro, a los Ortega, a los Bukele, a los Milei, a los Bolsonaro y, en el resto del mundo, a varios más, siendo el más representativo  de todos Donald Trump.

Lo liberal, en cambio, apunta a la democracia representativa, la República y a buscar los acuerdos en torno a un bien común.

ETIQUETADO:desesperanzaemocionesrabia
Comparte este artículo
Facebook Whatsapp Whatsapp LinkedIn Reddit Telegram Threads Correo electrónico Copiar link
Compartir
Artículo anterior esmeralda Curiosidades de la Historia: la captura de la Esmeralda
Artículo siguiente ética idiotez estupidez licencia Licencias médicas y viajes al extranjero: cuando el despilfarro se disfraza de enfermedad

Sergio Campos: «La soberanía popular no está representada en ninguna parte»

https://youtu.be/nxK-jlYvXmQ?si=Jde4BE5WxP3HUpnu

Daniel Urbina: Guerra Comercial «es una oportunidad de oro para China»

https://youtu.be/sbyTutTRww4?si=F3UHIE35kYGynfdO

También podría gustarte

humanidades
Opinión

La importancia de los moderados para defender la democracia

6 minutos de lectura
javier milei argentina
Opinión

El líder mesiánico: un análisis de la discursiva ortodoxa de Milei

13 minutos de lectura
Opinión

El debate recorrido de una Ley de Teletrabajo

3 minutos de lectura
Cartas al DirectorOpinión

Había una vez en Miopolis…

11 minutos de lectura
El Pensador
© El pensador io. Todos los derechos reservados, sitio web desarrollado por: Omninexo.
Welcome Back!

Sign in to your account

Username or Email Address
Password

¿Perdiste tu contraseña?