Señor Director:
La guerra no solo trae desastres humanitarios: también para la flora, fauna y mascotas alcanzadas por los ataques del lado que sean. La flora de las ciudades -que se ha incentivado con tanta vehemencia desde el ODS 11 para tener urbes que combaten el calentamiento global-, se ven impactadas por la devastadora guerra.
Fauna nativa que ingresa a las ciudades buscando refugio para pasar inviernos extremadamente fríos como ocurre en Ucrania, se ve afectada posiblemente con la muerte, ya que sus refugios dejaron de existir.
No solo el patrimonio queda devastado, sino también árboles, plantas, aves, mamíferos y miles de mascotas abandonadas, que finalmente para alimentarse predan la poca fauna que queda en las ciudades. Necesitamos un planeta que combata el calentamiento global y se arme de naturaleza para detener este enemigo real.
Jadille Mussa Castellano, académica de la carrera de Arquitectura del Paisaje en la Universidad Central