Por Alfredo Aguilera.- Un día miércoles 14 de febrero de 1990 la nave espacial Voyager 1 giró sobre su eje y apuntó sus cámaras y antenas hacia nuestro planeta. El resultado: la icónica foto llamada “Un punto azul pálido”. Esta foto fue tomada a una distancia equivalente a la órbita de Plutón, el planeta Tierra aparece como un minúsculo punto flotando en medio de la nada. La idea de la foto fue del astrónomo Carl Sagan.
Si observamos a nuestro planeta azul desde el espacio podemos ver lo hermoso que es, pequeño y solitario, lleno de vida…es nuestro hogar. La pandemia del coronavirus sars-cov-2 que ya nos tiene hace más de un año con restricciones que nunca habíamos vivido, ha tenido al mismo tiempo un impacto, aunque algo tímido, sobre la reducción de las emisiones de gases invernadero, reducción en torno al 7%. La pandemia del coronavirus es el reflejo de la fragilidad de la humanidad, ya que nosotros hemos ido depredando los recursos naturales de una manera tan salvaje, y cuyos resultados se pueden ver en aquel wet market de la ciudad de Wuhan, punto focal de la pandemia, donde una enorme variedad de animales son salvajemente erradicados desde sus hábitats y hacinados en condiciones deplorables e insalubres, lo que finalmente se tradujo en esta terrible pandemia.
Ya no debemos hablar como sociedad, sino más bien como humanidad, todos debemos emprender acciones (no importa el tamaño de la acción, lo importante es atreverse) que tiendan a la reducción o mitigación de la huella antrópica sobre los recursos naturales. Y cuando hablo de los recursos naturales me refiero a los ecosistemas terrestres, los bosques, los glaciares, las montañas; a los océanos y la enorme biodiversidad que contienen; en fin, todo el planeta. Debemos actuar más allá de nuestras fronteras: mientras en Chile damos el ejemplo eliminando las bolsas plásticas de los supermercados, en los océanos siguen creciendo esas enormes islas de plástico basura (la más pequeña es del tamaño de nuestro país).
También son muy valorables todas las acciones que podamos emprender a nivel país con el fin de dar un ejemplo global y por sobre todo ser más eficientes en el uso de la energía y en la reducción de los gases de efecto invernadero. Es destacable el cierre de algunas centrales termoeléctricas y la incorporación de plantas de energía solar de alta capacidad como es el caso de Cerro Dominador en Atacama (100MW), o recientemente la generación eléctrica utilizando el movimiento de las olas del mar, proyecto que ya está cobrando fuerza en nuestras costas.
Todas estas son buenas ideas que como país debemos seguir impulsando, y es deber del Estado de Chile el de destinar recursos significativos hacia las universidades para fortalecer la investigación el desarrollo y la innovación, como la única forma de salir de este círculo contaminante, y así en la próxima foto se siga viendo nuestro pequeño planeta azul, pero esta vez más limpio y más respetuoso con sus recursos naturales y con la vida.
Alfredo Aguilera es ingeniero agrónomo y Phd en Science et Technologies Industrielles