Por Patricio Hales.- Dibujo las sombras del umbral y algo de la pileta de los naranjos. Me evoca fantasmas que por esa oscuridad ingresaron prometiendo el cambio. El “estallido” y el 80% por la Constituyente lo legitiman más. Hay enojo contra quienes estuvimos en el poder; por lo que hicimos mal y por lo que dejamos de hacer. La emoción es parte de la política pero no la reemplaza. Mantener la indignación tiende a la Política del Enojo Perpetuo. Trae soberbia y sectarismo. Y la exageración en las promesas suele terminar en desilusión.
La Dictadura de derecha bombardeó puertas y ventanas, silenció con el miedo, eliminó personas, exilió y a otros nos encarceló. Felizmente la democracia permite disentir, pero el clima de descalificación en el debate dificulta escuchar y proponer. Si no hay cambio no habrá paz ni estabilidad, pero imponer el maximalismo de moda, traería las tormentas en que pierden más los que tienen menos. Aplaudo al Padre Berríos que, desde la población en que vive, nos “implora” a buscar acuerdos constitucionales por el bien del pueblo y no por los que ya salimos por la puerta de mi croquis.
(Croquis de Patricio Hales)
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