Por Rodrigo Mayor.- “Las estadísticas pueden demostrar cualquier cosa, el 80% de la gente lo sabe”.
Es común ver en noticiarios a analistas sacar a colación datos, o comentarios sustentados en grandilocuentes encuestas. Sin embargo, podemos ver la intención de la exposición. Observamos el supuesto “dato duro”, pero ello no es algo neutro, porque se omiten muchos otros que no sustentan la hipótesis o que no encajan con la postura propuesta por el analista.
Las cifras citadas parecen incuestionables, como verdades reveladas. Sin embargo, el expositor generalmente nunca indica el universo sobre el cual se sustenta, o la metodología utilizada, creando una tendencia deseada dirigida por el expositor.
Ver también: Democracias y datos
La «realidad» de los números
Un dato que nos puede ilustrar sobre lo anterior, y que es citado por cuanto economista hay para demostrar la robustez de la economía es el Producto Interno Bruto per cápita, el cual es para Chile -según el Banco Mundial- de US$16.265. No obstante, la mayoría de los trabajadores tiene una remuneración que promedia los $681.039, lo que es equivalente a sólo US$870,45, lo que dista mucho del PIB per cápita. La “realidad”, entonces, se dibuja con una cifra que no ve en la vida diaria la mayoría de los chilenos.
Otro dato que nos muestra esto se desprende de una información de la BBC, que señala que Chile es el país con más sensación de inseguridad, sin que se condiga con el índice de crímenes de alta peligrosidad por miles de habitantes, donde en realidad nuestro país ocupa un lugar privilegiado en comparación con sus vecinos continentales.
Y un último dato del reinado del número, es que haya tenido que citar cifras para demostrar mi punto.
Los números parecen ser la realidad. Así parafraseando a Nicanor Parra, hay dos panes: usted tiene dos, y yo nada… promedio: hay un pan por cabeza… lo que me hace pensar ¿quién se habrá quedado con mi pan? O, simplemente, ¿no hay pan? Todo dependerá de quien quiera señalarlo.