Turquía adquiere cada vez más relevancia en el nuevo mapa del Medio Oriente, tras la caída del régimen de Bashar Al Assad en Siria.
Por Juan Medina Torres.- El domingo 8 de Diciembre de 2024 el grupo insurgente, Hayat Tahrir al-Sham (HTS), junto con milicias sirias respaldadas por Turquía, llamado Ejército Nacional Sirio, derrocaron a Bashar Al Assad, poniendo fin al régimen dictatorial de más de cincuenta años de la familia Assad en Siria.
El 2 de Febrero de 2025 el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, se reunió en Riad con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, en su primer viaje internacional, lo que a juicio de diversos analistas, parece ser una demostración del giro de Damasco, alejándose de Irán.
Ver también:
Siria: se tambalea equilibrio ante posible régimen islámico
El martes 4 de Febrero Recep Tayyip Erdoğan, Presidente de Turquía, se reunió en el palacio presidencial de Ankara con el Mandatario interino de Siria.
Los hechos enunciados acontecen en tan solo 60 días y son el resultado del complejo trabajo militar y diplomático en el Medio Oriente durante los últimos años y se dan en un escenario realmente impredecible por los conflictos históricos que lo preceden y donde el regreso de Donald Trump agrava las tensiones.
Sin duda el derrocamiento de Al Assad en Siria es uno de los acontecimientos que está permitiendo la transformación del mapa geopolítico de la región y Turquía surge como la potencia que llena el vacío que dejó Irán en Siria y comienza a ampliar su influencia que le ha permitido mediar entre Rusia y Ucrania.
De esta manera, es probable que Ankara se transforme en garante de estabilidad en Siria, promoviendo un gobierno de transición para evitar el caos.
Sin embargo, debemos tener presente la relación ambivalente de Turquía con Estados Unidos, pues el apoyo norteamericano a los kurdos y las tensiones con Israel en el conflicto palestino, reflejan los retos que enfrenta en su consolidación como potencia regional.
Debemos recordar que Turquía es miembro de la OTAN y apoyó la oposición Siria en su lucha contra Bashar al-Assad y se ha mostrado contrario a Israel en la guerra contra Hamas. En mayo del año pasado Turquía suspendió todas las actividades de comercio con Israel.
Así, el presidente turco es el nuevo líder de Siria, según Meir Javedanfar, profesor de la Universidad Reichman de Tel Aviv, quien cree que la caída de Assad potencia el liderazgo de Turquía en el mundo.
En la reunión del martes 4 de febrero celebrada en Ankara, entre Recep Tayyip Erdoğan, y Ahmed al-Shara se delineó un acuerdo estratégico de defensa entre Turquía y Siria, que consulta el establecimiento de dos bases aéreas turcas en la región desértica de Siria, conocida como Al Badiya, con el posible despliegue de aviones de combate F-16 en el futuro.
Esto permitiría a los turcos utilizar el espacio aéreo sirio con fines militares y, además, asumiría el entrenamiento de las fuerzas militares sirias que se encuentran en un proceso de reestructuración.
Es decir, Turquía asume la defensa de Siria en caso de posibles agresiones, principalmente de Israel. Además el nuevo gobierno sirio solicitó a Turquía que le proporcione drones, radares y sistemas de guerra electrónica para mejorar su capacidad de control de la frontera con Israel donde, según el Washington Post, Israel está construyendo bases militares en los Altos del Golán, lo que provoca mayor inquietud en la región.
En esta carrera por Siria, Rusia -que apoyó a al Assad- inició conversaciones con el nuevo régimen sirio sobre el destino de sus bases militares de Tartus y Latakia en territorio sirio.
Mientras tanto Estados Unidos, con una visión muy poco realista, basada al parecer en la Ley del Talión que aparece en el código de Hammurabi, 1800 A.C., manifiesta su apoyo a Israel y Trump plantea la limpieza étnica de Gaza y amenaza con eliminar a Irán.
Todo nos indica que la diplomacia en el Medio Oriente tiene profundos desafíos locales, regionales e internacionales y todo depende cómo se resuelvan los conflictos dependerá la estabilidad en la región.
En resumen, lo que sucede hoy en Siria es interesante, porque forma parte de una situación transnacional que abarca todo el Medio Oriente, una región cuya importancia geopolítica es realmente trascendente por sus repercusiones para todo el mundo.