Por José Luis Donoso.- La ascensión al poder de Mikhail Gorbachov en la Unión Soviética, producto de su nombramiento como Secretario General del PCUS en marzo de 1985, llamó la atención de millones de personas en el mundo ante la posibilidad de que el sistema soviético se transformara en una nueva forma de hacer política, en la cual las palabras libertad y socialismo no fueran excluyentes.
El plan de reformas de Gorbachov, llamado Perestroika (reestructuración), contemplaba en el plano externo la rápida solución del conflicto con Estados Unidos a través de la firma de sucesivos tratados de reducción de armas atómicas y convencionales que pusieran fin a la carrera armamentista. En el Plano interno estipulaba la reconversión de la industria militar soviética al área civil, con la finalidad de alcanzar el desarrollo económico-tecnológico que permitiera elevar sustantivamente el nivel de vida del pueblo soviético en un corto período de tiempo. Lo anterior estaría unido a la Glasnot (transparencia), la nueva política soviética definida como la apertura de la información pública a la ciudadanía y una profunda democratización del partido comunista soviético.
La desintegración de la Unión Soviética constituyó el mayor fracaso político de Gorbachov. La Perestroika intentó modernizar el sistema soviético liberalizando la economía y la sociedad. Sin embargo, había un pueblo que ya no creía en los postulados de cambio a través del socialismo y, por lo tanto, nunca estuvo comprometido con las reformas, más bien, dirigió su mirada hacia los sectores más críticos al sistema comunista. Dentro del gobierno, la nomenklatura, la élite dirigente soviética, conformada por los altos puestos del partido, la administración del Estado, el ejército y la industria fueron una fuerza permanente de oposición a los cambios propuestos por Gorbachov y, finalmente, la responsable principal de la profunda crisis económica y el retraso en el ingreso del país a la revolución científico-tecnológica de fines de siglo, el cambio del modelo análogo al digital, causa principal del accidente nuclear de Chernobyl.
En el ámbito internacional encontramos el mayor logro de Gorvachov: ya en febrero de 1986, en su discurso ante el XXVII Congreso del PCUS, el líder soviético reafirmó su llamado al mundo a la eliminación de todas las armas atómicas para el año 2000, lo cual comenzó a concretarse en octubre del mismo año luego de la reunión que sostuviera con el presidente norteamericano Ronald Reagan en la capital de Islandia, Reikjavik y fue ratificada en diciembre de 1987 con la firma de Gorbachov y Reagan en Washington del tratado que eliminó todas las armas atómicas de alcance medio, hito con el cual se iniciara el camino que pondría fin a la Guerra Fría y trajera la Paz a la Humanidad.
José Luis Donoso Garri es licenciado en Historia en la Universidad Católica